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Praga mortal, Philip Kerr

En la reunión nazi en la que Bernie hará el papel de guardaespaldas de Heydrich, se comete un crimen en una habitación cerrada por dentro.
Nuestro detective deberá investigar y con ello “levantar algunas alfombras”. Esta trama sirve de excusa a Kerr para hablarnos entre otros temas de las interioridades de la Gestapo, de los códigos de honor, del cerco cada vez más asfixiante al que son sometidos progresivamente los judios, de los problemas higiénicos y sanitarios de la población berlinesa, de la megalomanía del propio Heydrich y de la Resistencia checa.

Además Philip Kerr escribe francamente bien e hila estupendamente las historias, haciendo uso a menudo de un humor negro que encaja a las mil maravillas y no le quita un ápice de veracidad a la trama.
Recomiendo encarecidamente la serie de Bernie Gunther, el sólido, cínico y mágnetico detective alemán. ¿se nota mucho que soy fan?

 

La venganza de la valquiria, Craig Russell

Fabel está «tocado» por este tema y no cejará hasta dar con las Valquirias. Estas no son otra cosa que una élite de asesinas formadas por La Stasi (policia de la exRDA). El narrador alterna la historia de la creación de ese grupo y los entresijos de la Stasi, con la ola de asesinatos que suceden en Sant Pauli en la actualidad.

Escenario: Hamburgo es el lugar de sus pesquisas. Russell tiene pasión por esta ciudad, y se nota en la descripción detallada tanto de edificios como de ambientes.

Con todos estos mimbres Russell construye una historia sorprendente, que mantiene el suspense hasta el final, que, naturalmente, ¡no os voy a contar!

 

 

 

Los compañeros del crepúsculo, François Bourgeon

Los bellísimos trazos de Bourgeon no hacen distinción entre realidad y fantasía, algo que conecta de lleno con el espíritu medieval, aunque al lector le surjan constantes dudas sobre qué es real y qué no lo es. La ambientación es exquisita (paisajes, arquitecturas,… magníficamente detallados), y los personajes rezuman expresividad y vitalidad, en una época en la que sobrevivir no era cosa de risa.

Mención aparte merece la traducción de Marta E. Gallego ¡al castellano medieval!. A pesar de la dificultad que esto entraña para el lector, es la guinda de una ambientación insuperable, que al igual que otros detalles, como ese erotismo deliciosamente ingenuo del que hace gala la sin par Mariotte, o la estrecha relación entre el hombre y la naturaleza,  nos transportan directamente a la Edad Media feudal.

Solo en Berlín, Hans Fallada

Por lo demás, el retrato que nos ofrece del Berlín de los 40 no puede ser más vívido. Ni más tétrico. Clasificada como novela negra, pocas obras habrá tan negruzcas como esta, pero vaya por delante que no es una policíaca al uso. Tiene sus asesinatos, sus policías y sus chivatos. Vale. Pero aquí no hay Mike Hammer que valga, ni comisarios que advierten de que tengamos cuidado ahí fuera. Aquí está el Terror del Reich que se mete por los poros. Aquí hay seres de carne y hueso dando lo peor de sí mismos. Pero también lo mejor. Como la vida misma.ción.