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Dic / 2012

Los libros más vendidos, más leídos… y los olvidados

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El silencio de los librosVivimos en una sociedad en la que las cifras son muy importantes. En todos los ámbitos son necesarios los datos estadísticos, a pesar de que algunos no crean en ellos.

Está de moda en todos los medios de comunicación sacar la lista de los libros  más vendidos. Normalmente se resaltan  diez títulos,  separando por idioma castellano, euskera y por la categoría de ficción y  no ficción.
Los bibliotecarios sacamos los libros más prestados para orientar, para recomendar. Como el poder de los medios de comunicación es tan grande lo que más se vende coincide con lo que más se lee.

Frente a esas listas, se encuentran los libros olvidados, o como dice George Steiner  «El silencio de los libros». Steiner en este pequeño ensayo apto para esta sociedad de los 140 caracteres o twitter hace un recorrido histórico de las amenazas del libro de su fragilidad.

En cuanto a las amenazas actuales está la del poder mediático. Dice Steiner « Una primera novela que no capte de inmediato el favor mediático o no sea aclamada por la crítica es devuelta al editor o saldada en el plazo de quince días. Lo que pasa es que no hay lugar para la maduración, para el gusto por la exploración al que tantas grandes obras han debido su supervivencia.»

Entre los títulos más vendidos y entre los títulos más prestados, en diciembre del 2012 está la famosa trilogía de Grey.  Este éxito ha hecho que de repente haya en el mercado una proliferación de literatura erótica, lo mismo que después de la publicación de «Los hombres que no amaban a las mujeres» tuvimos una proliferación de libros de países nórdicos, y después de «El  Codigo da Vinci» surgieron en el mercado los libros de templarios, sectas religiosas etc.

Tenemos los bibliotecarios una responsabilidad muy grande para rescatar esos otros libros olvidados y que sabemos es buena literatura.

No soy contraria ni mucho menos a la incorporación de los bestsellers en las bibliotecas, tienen que estar, pero a la vez tenemos que utilizar todos nuestros recursos para recomendar libros clásicos en nuestros blogs, en twitter, en el espacio destinado a las  novedades, o sacarlos frecuentemente de las estanterías y exponerlos de forma atractiva. Técnicas de marketing que todos los bibliotecarios aplicamos. Los clubes de lectura o tertulias literarias dirigidos por escritores, profesores de literatura hacen una gran labor de acercamiento a otro tipo de libro que no es el más vendido.

Se acaba de estrenar la película «Los miserables», una versión musical, basada en la novela de Victor Hugo, un escritor del siglo XIX. Versión americana con grandes actores ¿pero quién ha leído el libro?

Qué decir del estreno de la película «Bel Ami» otra versión americana basada en la novela de Guy de Maupassant, otro escritor del siglo XIX, discípulo de Flaubert. En este caso además la adaptación es fallida no hace justicia al libro.  Si hubiésemos ofrecido estos libros a un lector,  se extrañaría, pero en cambio irá al cine o llevará en préstamo el DVD.
Los clásicos están vivos, pero hay que saber leerlos.

¿Qué es literatura clásica?

Creo que el problema radica  ahí. Muchos creen que al hablar de clásicos hablamos sólo de Cervantes o Shakespeare. Lo clásico es lo que sobrevive a su tiempo, literatura que crea personajes universales válidos hoy y siempre.

Gracias a Internet, la literatura clásica es accesible gratis a través del ordenador en las grandes bibliotecas digitales, Biblioteca Digital de España, Biblioteca del Congreso, Biblioteca Nacional Francesa, Gallica, Europeana etc pero no se valora en su justa medida la importancia de ese hecho. Sólo queremos la novedad de la que hablan los periodistas.

Clásicos son ya Hemingway,  Kafka,  Heinrich Bóll,  Ryu Murakami, Juan José Millás,  Josef Skvorecky, Mario Soldati, Toni Morrison, Aragon, Ralf Ellison, Anais Nin, Naipaul… Lo mismo pasa en la literatura vasca, hay muchos títulos olvidados,  «Mantal urdina» Elsa Schelen», «Oilarraren promesa», «Ehun metro»

Esa labor de mediación que reivindicamos los bibliotecarios empieza con este acercamiento al público no demasiado lector de toda esa  literatura olvidada muchas veces en nuestras estanterías.
En Navidades todos compramos algún libro, si no está en la lista de los diez  más vendidos mejor.