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Feb / 2017

Las librerías independientes lugares de resistencia a la «estupidez»

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Día del Libro. libreríasParis literarioEl cierre de la Librería Garoa de San Sebastián el sábado 11 de febrero, es una noticia triste. La librería Garoa situada en la calle Zabaleta, en el barrio de Gros, que abrió sus puertas hace sólo dos años con un proyecto ambicioso, con programas propios como “Osoigo” y “Paperezkoak, no ha podido seguir a pesar de que durante estos dos años Imanol Agirre y su hermano Eneko han trabajado duro para hacer de esa librería un gran punto de encuentro cultural.

Como eso de convertirse en «puntos de encuentro culturales», empieza a ser otro cliché, o frase de moda, que se aplica tanto a las bibliotecas, como a los museos y a las librerías, quiero resaltar que las librerías independientes son también lugares de resistencia a la estupidez. Frase que he copiado del autor François Busnel, periodista, y presentador del programa francés “La grande Librairie” de la cadena francesa France 5.

Las librerías me encantan -casi tanto como las bibliotecas- y por eso el cierre de Garoa me ha decidido a dedicar este post del mes de febrero a un libro sobre librerías independientes.

El libro está escrito por François Busnel. Supongo que es desconocido para muchos de vosotros. Se titula “Mon Paris littéraire” “Mi Paris literario”. El libro recoge nada menos que 350 librerías independientes de Paris. El autor las clasifica por “barrios “o Arrondissement” y añade un pequeño comentario subjetivo de aquellas que frecuenta asiduamente.

Una librería dice el autor en la entrevista del Figaro el 15 de diciembre de 2016 Debe llevarme muy lejos de la vida corriente, desde el escaparate, desde el rótulo. Las librerías que me gustan son primeramente lugares hermosos: encontramos madera, sillas o sofás, carteles antiguos, libros por todas partes (no siempre bien colocados y sobre todo un espíritu que se encarna en la sonrisa de los libreros ”

“Mis librerías preferidas son “Les Traversées”, que se encuentra en la plaza Saint Médard, exactamente en el número 2 de la calle Edouard Quenu , o “L écume des pages en el boulevar Saint Germain o “Les guetteurs de vent en la avenida Parmentier, en el número 108. Los libreros Dominique Monin y François Lantignier han hecho de esta librería un faro importante en el XI arrondissement. (barrio) Organizan muchas lecturas públicas.

Para el autor las librerías representan la libertad absoluta, el viaje, lo más chic. Respecto a la tendencia de mezclar las librerías y los salones de té o café, el autor está de acuerdo siempre que el libro sea la artista principal, la vedette. Recientemente la famosa librería Shakespeare & Company, en el número 37 de la calle de la Bûcherie ha vuelto a abrir con una café adosado a la librería. La nieta del fundador George Whitman que creó la librería en el año 1951 se ha lanzado a la aventura.

El autor también contesta a la pregunta sobre la desaparición de las librerías y es categórico a la hora de predecir su no desaparición. En este mundo inmaterializado necesitaremos espacios reales y verdaderos y necesitaremos libreros. Para él Internet es una facilidad no una fatalidad. Nada remplazará el lugar dónde uno se pierde, discute, liga, duda escoge y se va con el brazo cargado de libros que no había venido a buscar.

Además de la información sobre todas las librerías de Paris, el autor nos propone dónde tomar un pote, un vino mientras vemos libros o nos tropezamos con algún escritor.  En cada barrio nos acerca a algún bar especial. Por ejemplo, nos recomienda “La belle Hortense” en el número 31 de la calle Vieille- du-Temple, un buen vino y un buen libro d ela mano de Xavier Denamur y cenar entre libros en el restaurante “la Librairie”, que se encuentra en el número 2, de la calle Duban. Además en este Paris literario no faltan direcciones sobre dónde vivieron o nacieron escritores famosos. En cada barrio nos presenta direcciones literarias señaladas en un mapa.. No en vano se trata de una guía para los amantes del fetichismo literario

Volviendo a mi ciudad Donostia, el año pasado el 2016, se celebró un encuentro de librerías. Encuentro mundial de libreros. Las dos jornadas, días 3 y 4 de mayo, fueron dinamizadas por Jorge Carrión, autor del ensayo “librerías”. Se presentarons las experiencias de cinco grandes librerías:  La librería Colonnes de Tánger, la librería Ulysse de Paris, la Librería Nollegiu de Barcelona, la librería Ler Devagar de Lisboa.,y Tipos Infames de Madrid. ¿tuvo resonancia este evento?

Jorge Carrión en el «Informe 2017 de la lectura en España» en el capítulo dedicado a las librerías , nos habla de las librerías culturales, las librerías híbridas y de la experiencia de la biblioteca de creación Ubik de mi ciudad. Experiencia que según Jorge Carrión las librerías deberían copiar.

Jorge Carrión asegura que las librerías tienen una línea de futuro con la ordenación temática que significa que al buscar las guías de Nueva York encontramos las novelas sobre esa ciudad al lado, los cds y todos los objetos tecnológicos de esa temática juntos. También propone aumentar la vertiente prescriptora del librero hasta convertirla en formativa. Equipara la conversión de los bibliotecarios de Ubik con la que deben de hacer los libreros.

El cierre de Garoa refleja una realidad. Es difícil ser librero en San Sebastián. Las librerías tienen que vender libros para poder subsistir. Ya se que el cierre de Garoa no obedece sólo a criterios económicos pero sería un absurdo olvidar la doble vertiente económica y cultural de estos “negocios”.

Yo no tengo la solución y algunas palabras que se repiten como mantras, convivencia, hibridación, punto de encuentro cultural asociadas a las librerías me causan cierto escepticismo.

Las librerías independientes se mantienen con gran esfuerzo. Las grandes superficies como la FNAC de Donostia venden libros, cafeteras, ordenadores, televisiones, papel, organizan encuentros etc. Las librerías más pequeñas atendidas por grandes profesionales “sobreviven”. Pienso en la librería Lagun, Hontza, Librería Donosti, en la librería Zubieta que se trasladó el año pasado de la Plaza de Gipuzkoa a la calle Reyes Católicos 3, Las librerías de Elkar de la Parte Vieja y Elkar calle Bergara, Librería Idatz, Librería Donosti, Librería Kaxilda, Armageddon comic y a todas las pequeñas librerías papelerías de los barrios.

Creo como François Busnel que las librerías no han dicho la última palabra. Somos nosotros los lectores los que las hacemos vivir pasando por ellas a menudo y comprando libros que no ibamos a comprar. Somos los lectores los que decidimos si compramos en Amazon, sabiendo que no paga los impuestos que debe. Somos nosotros en nuestra libertad de lectores los que decidimos si queremos ciudades sin librerías o las apoyamos.  Ánimo y no cerréis las puertas por favor, y aunque hagáis guiños a los nuevos tiempo, mantener la esencia, mantener el libro y el buen hacer.

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