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Jun / 2013

La biblioteca ideal

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Ahora que todas las bibliotecarias estamos pensando en la biblioteca del futuro, en las plataformas de préstamo de libro electrónico, en la planificación de espacios dónde las estanterías no sean lo fundamental, dónde las bibliotecarias nos convertimos en mediadoras de la información, me parece oportuno recordar lo que a Alberto Manguel le parece que debería ser la «Biblioteca ideal»

Alberto Manguel pasó por San Sebastián, sin pena ni gloria. Pudimos contar con su presencia gracias a la escritoria Luisa Etxenike, pero los «medios de comunicación» apenas se hicieron eco de la noticia. La charla estaba centrada en otro libro del escritor «La Biblioteca de noche». Esto ocurrió el 23 de octubre del 2008. Manguel disertó sobre la lectura, las bibliotecas, las lecturas, los libros.

El 13 de junio del 2013 el Premio de Poesía Antonio Carvajal también ha pasado desapercibido en mi ciudad para los periodistas. En ambos casos el departamento de comunicación de Donostia Kultura hizo bien su cometido, luego lo preocupante es ¿Qué tipo de cultura interesa a los medios? Menos mal que Antonio Carvajal dejó claro que él no busca la fama prefiere el reconocimiento de los expertos.

¿Existe la biblioteca ideal?

La biblioteca ideal que nos describe Alberto Manguel en el libro titulado el «Sueño del Rey Rojo» es en muchos aspectos la mía. Aunque no esté de acuerdo al 100% con la biblioteca ideal de Manguel, voy a trasladar al blog,  el capítulo titulado «Apuntes hacia una definición de la biblioteca ideal » y  traducirlo al euskera. Dentro de la simplicidad de estos aforismos poéticos, Manguel nos adentra en el mundo de las bibliotecas y  sobre todo transmite que le gustan las bibliotecas y que es un especialista de la historia de  la lectura.

Mi biblioteca ideal, es una utopía: ver la Biblioteca municipal de San Sebastián en un nuevo y único edificio.

«Apuntes hacia una definición de la biblioteca ideal «

1) La Biblioteca ideal está hecha para un lector en particular. Todo lector debe sentir que él o ella es el elegido.

2) Sobre la puerta de la Biblioteca ideal está escrita una variación del lema de Rabelais. «Lys ce que voudra» (en el texto impreso en mayúsculas) «lee lo que quieras»

3) La biblioteca ideal es tanto virtual como material. Permite toda tecnología, todo recipiente, toda manifestación de texto.

4) La biblioteca ideal es de fácil acceso. Ni escaleras altas, ni explanadas resbaladizas, ni una confusa multiplicidad de puertas, ni guardias intimidantes deben interponerse entre el lector y los libros.

5) La Biblioteca ideal tiene asientos cómodos pero firmes con descansabrazos y respaldos curvos, como los de la lamentable Salle Labrouste de la Bibliothèque Nationale de France.

6) En 1250, Richard de Fournival comparó la biblioteca ideal a un» hortus conclusus», un jardín cerrado.

7) La biblioteca ideal tiene cálidas paredes de ladrillo o madera, y también frescas ventanas de vidrio que dan a vistas apacibles. La biblioteca nunca es un hortus completamente conclusus.

8)La biblioteca ideal contiene sobre todo, pero no únicamente, libros. También colecciona mapas, cuadros, objetos, música, voces, películas y fotografías. La biblioteca ideal es un lugar de lectura en el sentido más amplio del término.

9) La biblioteca ideal le permite a cada lector tener acceso a los estantes. Al lector se le debe de dar la libertad de los encuentros fortuitos.

10) Ningún estante en la biblioteca ideal está más alto o más bajo que el alcance del brazo del lector. La biblioteca ideal no requiere de acrobacias.

11) En la biblioteca ideal nunca hace demasiado frío ni demasiado calor.

12) La biblioteca ideal organiza sin etiquetar.

13) Ninguna sección de la biblioteca ideal es definitiva

14) El mapa de la biblioteca ideal es su catálogo

15) La biblioteca ideal tiene acceso fácil y abundante comida, bebida y fotocopiadoras.

16) La biblioteca ideal es tanto aislada como frecuentada, íntima y abierta a las relaciones sociales, pensada para la reflexión y para el diálogo, parsimoniosa y generosa, erudita y preguntona, llena de la desesperación de muchos y de la esperanza de los que aún no se ha leído

17) La biblioteca ideal encierra la promesa de todo libro posible.

18) Cada libro en la biblioteca ideal hace eco en otro.

19) La biblioteca ideal es una antología eterna que siempre se renueva.

20) La biblioteca ideal nunca cierra.

21) En la biblioteca ideal se puede garabatear en los libros

22) La biblioteca ideal es a la vez popular y secreta. Alberga todos los clásicos conocidos y todos los clásicos que sólo conocen unos cuantos lectores. 

23) En la biblioteca ideal, la tarea del lector es subvertir el orden establecido.

24) La cantidad de libros en la biblioteca ideal varía. Se dice que la biblioteca de Alejandría albergaba setecientos mil rollos; las estanterías de Jorge Luis Borges contenían apenas quinientos volúmenes; el campo de concentración de Birkenau tenía una biblioteca clandestina de ocho libros invaluables que cada noche había que ocultar en un lugar distinto.

25) Aún cuando está hecha de paredes y estantes y libros, la biblioteca ideal está en la mente. La biblioteca ideal es la biblioteca recordada.

26) La biblioteca ideal sugiere un texto continuo sin un principio discernible ni un final en el futuro predecible.

27) En la biblioteca ideal no hay libros prohibidos ni recomendados.

28) La biblioteca ideal le es familiar tanto a San Jerónimo como a Noam Chomsky.

29) En la biblioteca ideal ningún lector siente jamás que no es bienvenido

30) Cada página de la biblioteca ideal es la primera. Ninguna es la última.

31) Como las cajas en el cerebro de Paul Valéry, la biblioteca ideal tiene secciones llamadas: Para estudiar en mejor ocasión. Para nunca pensar en ello. Inútil adentrarse más. Contenido sin examinar. Asuntos sin sentido. Tesoro confirmado que sólo puede examinarse en una segunda vida. Urgente. Peligroso. Delicado. Imposible. Abandonado. Reservado. !qué otros se encarguen! Mi punto fuerte. Difícil etc.

32) La biblioteca ideal desbarata la maldición de Babel

33) La biblioteca ideal simboliza todo lo que una sociedad representa. Una sociedad depende de sus bibliotecas para saber quién es, porque las bibliotecas son la memoria de la sociedad.

34) La biblioteca ideal puede crecer infinitamente sin exigir más espacio físico y puede ofrecer el conocimiento de todo sin exigir más tiempo físico. Como una hermosa imposibilidad, la biblioteca ideal existe fuera del tiempo y fuera del espacio.

35) Los antiguos osarios tenían una inscripción » Como te ves, yo me vi; como me ves te verás». Se puede decir más o menos lo mismo de los libros de la biblioteca ideal y de sus lectores.

36) La biblioteca ideal no es un osario.

37) Algunas de las bibliotecas más antiguas estaban a cargo de sacerdotes egipcios, quienes proporcionaban a las almas difuntas libros para guiarlos por el reino de los muertos. La biblioteca ideal mantiene esta función de guiar almas.

38) La biblioteca ideal renueva y a la vez preserva su colección. La biblioteca ideal es fluida.

39) Hay ciertos libros que son, en sí mismos una biblioteca ideal. Moby Dick de Melville, la Divina Comedia de Dante, las Mémoires d´outretombe» de Chateaubriand.

40) En la biblioteca ideal no hace falta ninguna brújula. Su apariencia física es también su estructura intelectual

41) El arquitecto de la biblioteca ideal es, antes y más que nada, un lector ideal.

42) La tarea imposible de todo tirano es destruir la biblioteca ideal.

43) La tarea imposible de todo lector es reconstruir la biblioteca ideal.

44) La biblioteca ideal (como todas las bibliotecas) guarda por lo menos una línea que fue escrita exclusivamente para ti.

En estos momentos en que los futurólogos, nos bombardean con preguntas del estilo de ¿Por qué tener bibliotecas llenas de libros? o ¿por qué desperdiciar espacios valiosos para almacenar masas infinitas de texto impreso? Viene bien leer a los amantes de la lectura y de las bibliotecas como Alberto Manguel.
Ojalá que cada lector encuentre su biblioteca ideal.

27

Dic / 2012

Los libros más vendidos, más leídos… y los olvidados

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El silencio de los librosVivimos en una sociedad en la que las cifras son muy importantes. En todos los ámbitos son necesarios los datos estadísticos, a pesar de que algunos no crean en ellos.

Está de moda en todos los medios de comunicación sacar la lista de los libros  más vendidos. Normalmente se resaltan  diez títulos,  separando por idioma castellano, euskera y por la categoría de ficción y  no ficción.
Los bibliotecarios sacamos los libros más prestados para orientar, para recomendar. Como el poder de los medios de comunicación es tan grande lo que más se vende coincide con lo que más se lee.

Frente a esas listas, se encuentran los libros olvidados, o como dice George Steiner  «El silencio de los libros». Steiner en este pequeño ensayo apto para esta sociedad de los 140 caracteres o twitter hace un recorrido histórico de las amenazas del libro de su fragilidad.

En cuanto a las amenazas actuales está la del poder mediático. Dice Steiner « Una primera novela que no capte de inmediato el favor mediático o no sea aclamada por la crítica es devuelta al editor o saldada en el plazo de quince días. Lo que pasa es que no hay lugar para la maduración, para el gusto por la exploración al que tantas grandes obras han debido su supervivencia.»

Entre los títulos más vendidos y entre los títulos más prestados, en diciembre del 2012 está la famosa trilogía de Grey.  Este éxito ha hecho que de repente haya en el mercado una proliferación de literatura erótica, lo mismo que después de la publicación de «Los hombres que no amaban a las mujeres» tuvimos una proliferación de libros de países nórdicos, y después de «El  Codigo da Vinci» surgieron en el mercado los libros de templarios, sectas religiosas etc.

Tenemos los bibliotecarios una responsabilidad muy grande para rescatar esos otros libros olvidados y que sabemos es buena literatura.

No soy contraria ni mucho menos a la incorporación de los bestsellers en las bibliotecas, tienen que estar, pero a la vez tenemos que utilizar todos nuestros recursos para recomendar libros clásicos en nuestros blogs, en twitter, en el espacio destinado a las  novedades, o sacarlos frecuentemente de las estanterías y exponerlos de forma atractiva. Técnicas de marketing que todos los bibliotecarios aplicamos. Los clubes de lectura o tertulias literarias dirigidos por escritores, profesores de literatura hacen una gran labor de acercamiento a otro tipo de libro que no es el más vendido.

Se acaba de estrenar la película «Los miserables», una versión musical, basada en la novela de Victor Hugo, un escritor del siglo XIX. Versión americana con grandes actores ¿pero quién ha leído el libro?

Qué decir del estreno de la película «Bel Ami» otra versión americana basada en la novela de Guy de Maupassant, otro escritor del siglo XIX, discípulo de Flaubert. En este caso además la adaptación es fallida no hace justicia al libro.  Si hubiésemos ofrecido estos libros a un lector,  se extrañaría, pero en cambio irá al cine o llevará en préstamo el DVD.
Los clásicos están vivos, pero hay que saber leerlos.

¿Qué es literatura clásica?

Creo que el problema radica  ahí. Muchos creen que al hablar de clásicos hablamos sólo de Cervantes o Shakespeare. Lo clásico es lo que sobrevive a su tiempo, literatura que crea personajes universales válidos hoy y siempre.

Gracias a Internet, la literatura clásica es accesible gratis a través del ordenador en las grandes bibliotecas digitales, Biblioteca Digital de España, Biblioteca del Congreso, Biblioteca Nacional Francesa, Gallica, Europeana etc pero no se valora en su justa medida la importancia de ese hecho. Sólo queremos la novedad de la que hablan los periodistas.

Clásicos son ya Hemingway,  Kafka,  Heinrich Bóll,  Ryu Murakami, Juan José Millás,  Josef Skvorecky, Mario Soldati, Toni Morrison, Aragon, Ralf Ellison, Anais Nin, Naipaul… Lo mismo pasa en la literatura vasca, hay muchos títulos olvidados,  «Mantal urdina» Elsa Schelen», «Oilarraren promesa», «Ehun metro»

Esa labor de mediación que reivindicamos los bibliotecarios empieza con este acercamiento al público no demasiado lector de toda esa  literatura olvidada muchas veces en nuestras estanterías.
En Navidades todos compramos algún libro, si no está en la lista de los diez  más vendidos mejor.