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Feb / 2018

¿Leemos menos en la era digital?¿Leemos de modo distinto?

Autor:

Reading in a digital age

En el informe que os presento “Reading in a digital age”, se analiza la lectura en la era digital. Nadie puede negar que la lectura ha cambiado dramáticamente. Hace sólo veinte años leíamos únicamente en formato impreso: libros, periódicos, revistas, informes académicos, libros de texto, manuales universitarios.

Hoy en día los ámbitos de la lectura han aumentado enormemente. Leemos páginas webs, blogs, tweets, mensajes de correo electrónico, mensajes de facebook, y libros electrónicos. En palabras de la bibliotecaria canadiense Barry W. Cull “Internet es un mundo saturado de textos. Esto sólo podría ocurrir en una sociedad altamente alfabetizada”

A primera vista esta situación nos podría parecer idílica, Vivimos en una sociedad en la que el acceso a los libros es más fácil que nunca. Proliferan las bibliotecas digitales gratis, las plataformas de préstamo de libros electrónicos gratis, las bibliotecas presenciales más o menos bien surtidas. Podríamos pensar que en la era digital todo son ganancias, todo son ventajas.

Y sin embargo la controversia respecto a la lectura digital existe entre los expertos, los bibliotecarios, los libreros, los lectores. ¿Leemos menos? ¿Leemos sin profundidad? En el último informe Pisa Euskadi ha salido muy mal y en nuestras aulas las tablets y los ordenadores se incorporan a los dos años. ¿Qué ocurre con la comprensión lectora? ¿qué ocurre con los niños y niñas, los llamados pomposamente nacidos digitales?

David M Durant en este informe de cuarenta y siete páginas y una bibliografía de siete páginas analiza la lectura y la neuroplasticidad. Analiza la diferencia entre la lectura lineal qué equipara con la lectura tradicional, la impresa y la lectura digital. Acuña otro término lectura tabular. Recoge las opiniones de distintos expertos, las opiniones y estudios que se han realizado con lectores en distintas universidades europeas y americanas. Nos habla del falso aumento de la venta de libros electrónicos.

El autor es profesor asociado y bibliotecarios en la biblioteca de J. Y. Joyner en Greenville, Carolina del Norte.

ALGUNOS TITULARES

Tenemos que recordar que la lectura no es una habilidad con la que nacemos. No es innata. Es un aprendizaje. El fenómeno de la lectura está relacionado con la neuroplasticidad. Según los expertos Maryanne Wolf y Mirit Barzillai “ La plasticidad es una capacidad para formar y reformar redes neuronales a partir de la visión, del conocimiento y de la escritura».

Es decir la lectura es posible porque el cerebro es capaz de renovarse. Por lo tanto cuanto más se lee, más fácil nos resulta. Cuanto menos se lee más difícil es, más esfuerzo cuesta. ¿Vemos el problema que tenemos con niños que leen lo justo, lo obligado? ¿A qué esperamos para poner remedio? ¿Planes de lectura o simplemente leer y leer en clase? ¿Hay que obligar a leer?

 

¿Se lee igual de forma impresa, la lectura lineal respecto a la lectura digital o tabular? ¿Es lo mismo leer a Tolkien que un tweet, que la búsqueda de información?

A todas estas preguntas no responde el autor de forma tajante pero si, nos dice que la lectura impresa y la lectura digital desarrollan distintas redes neuronales..

Según  Katherine Hayles profesora de la Duke University se reconoce que la lectura lineal, la impresa es una proceso muy sofisticado que incluye análisis, reflexión e interiorización. Leer literatura no es lo mismo que leer un texto informativo. Cuando se lee mucho este proceso sólo necesita unas milésimas, pero si se lee poco…

La lectura digital, la tabular se focaliza en textos cortos. No en vano me dicen siempre que en el blog escriba poco, que en la web nadie lee textos largos.

Por lo tanto no se lee igual. En eso todos los expertos, los escépticos digitales y los pro digitales coinciden

¿La lectura digital es más superficial que la lectura impresa?

En este aspecto hay opiniones distintas. Hay escépticos de la lectura digital y otros que apenas ven diferencia entre un modo de lectura y otro. Se han realizado muchos estudios.

Por citar uno, en la Universidad de Alemania Johannes Gutenberg,en el año 2011 se realizó un estudio para comparar el esfuerzo mental requerido para leer en formato impreso y en e-reader o Tablet. El estudio se realizó con cincuenta personas. Jóvenes y adultos. No hubo diferencias reales significativas entre ambas formas de lectura respecto a la superficialidad de ambas formas de lectura.

Es curioso que en lo que coincidieron, los jóvenes y los adultos fue en la preferencia del libro impreso.

Tampoco el estudio de Sara J. Margolin en el año 2013 encontró diferencias . Sin embargo en Noruega en la Universidad de Stavanger en un estudio con setenta y dos noruegos si se dieron grandes diferencias respecto a la superficialidad de la lectura digital frente a la lectura impresa.

¿Hay un gran aumento de la lectura digital?

En un primer momento si. Pero en la actualidad se constata que tampoco la lectura digital sea la preferida por los jóvenes. Muchos de ellos prefieren la lectura del libro impreso. La venta de e.books se ha estancado.

Algunas conclusiones

Creo que es difícil dar respuestas tajantes en todo lo relacionado con la lectura y las nuevas tendencias. Si se puede afirmar que la lectura digital ha venido para quedarse. Este informe es fundamental. Os lo recomiendo.

El autor afirma que estamos construyendo un cerebro con doble capacidad o “Bi literate Brain”. Deberíamos trabajar para que las dos formas de lectura, la impresa y la digital se desarrollaran con sus correspondientes procesos neuronales en el cerebro de nuestros jóvenes y niños.

Podemos afirmar que ante los problemas de lectura en niños y niñas surgen en EEU movimientos conocidos como “Slow Reading” Lectura lenta. Este movimiento muy activo en EEUU preconiza la importancia de preservar la lectura impresa dedicándole tiempo, espacio y los bibliotecarios forman en general parte de este movimiento.

Tenemos que conseguir que los niños y niñas aprendan a leer de las dos formas. La forma lineal lenta, impresa no debe desaparecer. Por supuesto la digital ya está aquí y va a quedarse. Debemos conseguir que por lo menos treinta minutos al día se lea literatura de forma impresa.

Siempre he defendido la lectura digital como otra forma añadida a la lectura impresa. En estos momentos lo que me preocupa como directora de bibliotecas, es la desafección para la lectura impresa de los niños y niñas. Tenemos que trabajar para recordar a los padres de esos niños que “la lectura es esfuerzo” y que a leer se aprende leyendo.