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Nov / 2011

Las bibliotecas públicas y la crisis. El caso deToronto

Biblioteca central de Toronto. Foto subida desde la red de bibliotecas de San SebastiánEl contexto de crisis en el que nos movemos y las amenazas de recortes para el año 2012, en las bibliotecas, sus horarios, la compra de documentos, el personal me han hecho recordar la interesante experiencia que he leído en el blog Bibliomancienne sobre el poder de la redes sociales frente al poder político haciendo cambiar una decisión de cierre de biblioteca pública de Toronto gracias a la movilización ciudadana. Toda una campaña apoyada en las redes sociales y que contaba con la ayuda de escritores canadienses entre ellos  Margaret Atwood. El post al que hago referencia se titula « Las bibliotecas públicas de Toronto evitan los recortes en un nuevo ecosistema de los medios sociales»  de fecha de 21 de septiembre del 2011.

Rob Ford, alcalde de la ciudad de Toronto, informó en febrero del 2011, que tenía intención de cerrar una sucursal de la Red de bibliotecas de Toronto por razones presupuestarias y que la ciudad reduciría en  un 10% el presupuesto de dicha red,  reduciría horas de apertura,  cancelaría algunos programas e incluso se contempló la hipótesis de la privatización.

Los ciudadanos se han opuesto a a esta reducción de 13,3 millones de dólares en el servicio bibliotecario. Tres cuartas partes de los ciudadanos estaban en desacuerdo con el proyecto de cerrar o privatizar las bibliotecas. la respuesta ciuadadana se canalizó por las redes sociales:

Un documento on-line se puso a disposición de los ciudadanos y Margaret Atwood animó a sus 230.000 seguidores de Twitter a firmar  el documento. El concurso cuyo título era» Porqué mi biblioteca es importante.» también tuvo una gran respuesta.

A través de Facebook se animó al ciudadano a oponerse a estas medidas.

En las páginas webs de los periódicos se recibieron comentarios y además los artículos aparecidos en la prensa escrita fueron reseñados en los medios sociales.

El hermano del alcalde Doug Ford  también contribuyó con sus comentarios fuera de tono a caldear el ambiente. No conocer a Margareta Atwood y jactarse de ello no es lo mejor para posicionarse políticamente.

Al leer este post he pensado en mi ciudad y me he preguntado si los donostiarras llegarían tan lejos por sus bibliotecas, si algún escritor nos apoyaría (además de Atwood, Michael Ondaatje, Vincent Lam, etc han apoyado la campaña)  y si sabríamos utlizar el microblogging y las redes sociales  con tanta habilidad.

El resultado por el momento es que el alcalde no seguirá adelante con los recortes anunciados aunque se desconfía. Las bibliotecas son blancos fáciles para los políticos que quieren reducir presupuestos en aras del bien común y de las necesidades sociales básicas.

 

 

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