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Dic / 2013

Fetichismo literario, viajes literarios

Como último post de este año me ha parecido oportuno, estamos en Navidades,  comentar el libro titulado «Embarquen por la biblioteca»  un libro muy ameno que relaciona la literatura con los viajes,  destaca algunas ciudades literarias y  eventos literarios, sin olvidar las casas natales de los escritores, los hoteles literarios, los cementerios.

Todos los que hemos viajado a Paris sabemos que el cementerio de Père Lachaise es cita ineludible por la concentración de escritores y artistas allí enterrados. Entre otros :  Proust, Gérard de Nerval, Chopin, Sara Bernhardt, Balzac, Colette…

También las bibliotecas y las librerías pueden ser lugar de culto, de viaje. Todos los que vamos a Londres seamos o no bibliotecarias hemos entrado alguna vez en la Sala de Lectura del Museo Británico, ya que en ella han estudiado personalidades tan importantes como Marx, Lenin, Gandhi, Kipling. Pero bien cerca en Bilbao La biblioteca de Bidebarrieta con un salón espléndido es el lugar dónde dieron conferencias Unamuno, Ortega y Gasset, Gerardo Diego entre otros. Y como no,  en la biblioteca municipal, la antigua, la de la Plaza de la Constitución, tenemos una sala preciosa que muchos donostiarras no conocen que alberga la «biblioteca del Duque de Mandas»

¿A que se debe este fetichismo literario? ¿Es una moda pasajera?
Yo creo que no es una moda pasajera aunque al amparo de ciertos bestsellers, surgen nuevas rutas como por ejemplo el que viaja a Suecia para recorrer los parajes en los que transcurre la obra de Henning Mankell y su inspector Wallander.  Bien cerca las novelas de Dolores Redondo han puesto de moda una ruta del valle de Baztán.

Los viajes literarios han existido siempre, ya que los buenos lectores han tenido la necesidad de buscar la esencia de un autor o de una novela visitando los lugares por los que pasó o vivió.

Por supuesto hay personas que no entienden este afán o que incluso lo ridiculizan pero en general parece que aquellos libros que dejan huella, nos impulsan a viajar para conocer más de cerca al autor.

Recuerdo que hace muchos años estuvo de moda el libro «De parte de la princesa muerta» de Kenize Mourad y coincidió con mi viaje a Estambul. Si no hubiese leído el libro no hubiese dedicado la misma atención a la visita del palacio de Topkapi.  ¿qué buscaba?.

Visité en Moscú la casa museo de Chejov, una casa pequeña. Recuerdo mejor las escaleras de madera, la mesa en la que escribía que muchas de las obras del museo del Hermitage. Ver su casa e interesarme más por su obra fue todo uno. Os recomiendo cualquiera de sus cuentos.

¿Para qué debería de servir un  viaje literario?
Suscribo totalmente lo que dice Jesús Arana Palacios autor del libro, en la página 62 del mismo » Más allá de éstos primeros contactos…en un viaje literario lo que se va buscando son explicaciones más profundas que ayuden a entender mejor a ese escritor o esa escritora a quien se admira; comprobar sobre el terreno hasta que punto vivir donde vivió marcó su forma de ser o al menos de entender la literatura»

¿Qué hay de los eventos literarios o de los encuentros con los escritores o de la presencia de los mismos en los clubes de lectura ?

Le presencia de los escritores, en nuestras bibliotecas, o en las librerías promocionando sus libros, dando conferencias se hace cada vez más frecuente.  Para vender sus libros es necesario que hagan estas charlas o encuentros en directo con sus lectores. Así como soy entusiasta de los viajes literarios, creo que porque los autores están muertos, en el caso de los escritores vivos me he llevado bastantes decepciones. Ser buen escritor no lleva implícito ser buena persona, o ser buena comunicadora o simplemnete ser cortés. Hay escritores que sufren por esta práctica de enfrentarse al lector y otros que son tan arrogantes, o tienen un ego desmesurado que preferiría no haberles conocido.

Es una práctica que irá a más, pero es mi opinión no es tan gratificante como un viaje donde a través de objetos el recuerdo del autor y de su obra se mezclan con la experiencia de su lectura por parte del lector anónimo.

Os recomiendo este libro precioso, lleno de lugares literarios, personajes de novelas, ciudades, y curiosidades. Si vais a viajar en Navidades, ojeadlo  y no dejéis de buscar otro libro interesantísimo de literatura de viajes del escritor Olivier Rolin : » Siete ciudades» : vocaciones literarias de Buenos Aires, Trieste, Lisboa, Alejandría, Leningrado, Praga y Valparaíso. Estuvo en Donosti dando una charla y no me decepcionó como persona.

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