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Jul / 2015

Cuidado con los colonos digitales

Elogio del papel

Roberto Casati ha escrito el libro titulado en castellano “Elogio del papel y subtitulado «Contra el colonialismo digital.«

Roberto Casati es filósofo y pensador y dirige nada menos que el Centre National de la Recherche Scientifique (CNRS) de Paris. Por lo tanto con este curriculum no penséis que se trata de un tecnófobo o “un ludista”. Es un gran filósofo que reflexiona sobre la invasión digital y busca herramientas intelectuales para controlarla.

El libro de Casati analiza muchos aspectos de los problemas planteados por la sociedad digital. Estos problemas afectan a todos los aspectos de la vida y especialmente a la enseñanza.

En la Introducción Casati nos plantea varios dilemas. El primero de ellos es el de la lectura en pantalla o la lectura en papel. Roberto Casati nos dice que el debate no está en el hecho de que unos estén a favor y otros en contra de una u otra forma de lectura sino de que mientras nos preocupamos de ello en realidad vivimos en un estado de vigilancia permanente y copio textualmente Enormes cadenas de distribución (Apple, Amazon, Google” disponen de una horda de robots incansables e hiperinteligentes que leen lo que nosotros leemos, que nos aconsejan benévolamente leer lo que leen otras personas y que tratan de colonizar nuestras casas y nuestras escuelas con aparatos que se parecen a los ordenadores a los que estábamos habituados, pero que de hecho están concebidos para ser lo que realmente son : escaparates de un megastore en busca de compradores compulsivos”

El segundo dilema “el colonialismo digital”. ¿qué es? En el mundo de las bibliotecas ya es habitual hablar de los nacidos digitales, concepto creado por Marc Prensky, pero ¿Quiénes son los colonos digitales?

El colonialismo digital es una ideología que se resume en un principio muy simple, un condicional “si puedes debesSi es posible hacer que una cosa o una actividad migren al ámbito digital, entonces debe migrar

Los colonos digitales utilizan todos los medios para introducir en todos los ámbitos de nuestra vida, lo digital. Desde la lectura al juego, de la enseñanza al asesoramiento y a la toma de decisiones, de la comunicación a la planificación, de la construcción de objetos al análisis médico, todo debe ser digital.

Y los que se oponen a los colonos digitales se encuentran enmarcados en la categoría de los «ludistas», de los destructores de las máquinas, de todos aquellos que no saben vivir en su época. Los colonos no quieren ni que haya debate.

Casati insiste en que la migración al mundo digital no es una obligación. No basta con mostrar que un libro electrónico funciona para imponer el libro electrónico como soporte universal de la lectura y del estudio en la escuela. Los que no son colonos digitales no están en contra de la digitalización. De hecho sería tan absurdo como si uno se opusiera a la electricidad. Lo deja claro el autor no es alérgico a lo digital. Diseña itinerarios académicos a partir de las nuevas tecnologías. Lo que reivindica es que hay que determinar caso por caso la migración al ámbito digital.

Además del término “colono digital” hay otro término difícil de definir que para el autor está en el corazón de lo digital. Es el término “design” entendido como concepción del proyecto. Por poner algún ejemplo la forma de poner a los alumnos en clase es “design”. Un libro en papel tiene su propio “design”. Las funciones de una herramienta tecnológica, como una tablet o un ordenador son “design” ¿Complicado?

El autor continua con sus reflexiones sobre los espacios institucionales colonizados por lo digital y me voy a centrar en la enseñanza. Los colonos digitales ya nos han hablado de las ventajas de lo digital pero el autor nos alerta sobre el hecho de que no hay un estudio serio que permita medir el impacto de las tecnologías en el aprendizaje. Es más por ahora la introducción masiva y sistemática de las tecnologías en la escuela ha demostrado muchos efectos negativos en el aprendizaje.

Para Roberto Casati la enseñanza, la escuela tiene su propio design. Es además, un territorio sagrado, un santuario protector de la atención y de la profundidad en el conocimiento. El mito del nativo digital, que desarrolla la capacidad de la multitarea, es para el autor un mito sin un estudio que lo avale. Según él los nativos digitales desarrollan en realidad una nueva manera de actuar pero en un orden organizado por “el design” y en ningún caso por una inteligencia digamos digital. La única inteligencia reside en la toma de decisión en un contexto dado. La única destreza que se les exige a estos nativos digitales es el “clic” Por eso en realidad las personas mayores se acostumbran a las tabletas y a los smartphones con facilidad.

Resistir en la escuela

La escuela debe pensar de nuevo el aprendizaje en torno a las nuevas tecnologías. Pensar en el papel del alumno y del profesor en un nuevo “design”. La escuela no debe adaptarse a la sociedad , debe ayudar a comprenderla.  Saber, aprender es conocer, es tener estrategias para dominar las tecnologías, y no que éstas nos dominen. Las tecnologías tendrán distintos usos según la asignatura. No es los mismo la astronomía que la filosofía y sin embargo la tableta es igual para todo.

La educación puede sacar beneficios de las tecnologías pero, según el autor la escuela debe ser un territorio lento y reticente a la innovación tecnológica.

Y si la tecnología ¿destruye la capacidad de reflexión y de atención estructurada que la escuela debería de proteger? Es ¿verdad que, ¿nuestras elecciones individuales están condicionadas por lo que nos proponen los algoritmos?

Por lo tanto este manifiesto que disecciona muchos otros aspectos del la sociedad digital que insisto no está escrito por un analógico recalcitrante, nos alerta sobre la necesidad de leer de forma profunda que es propia del libro en papel. El libro en papel es algo social (regalar un libro es regalar un libro, sin embargo regalar un e-book es ofrecer un archivo electrónico, no es lo mismo ni física, ni ergonómica, ni cognitivamente. Son dos objetos con un design distinto. No digo que uno es mejor que otro sino distinto.

El objeto social libro en papel si finalmente es destronado por el IPAD no querrá decir que era mejor, sino que los usuarios las personas quieren un ipad, porque quieren escuchar música, juegos, internet y descargar libros (por tenerlos) etc. Los ereaders que nacieron solo para leer ya están cediendo a la presión, porque Amazon, o Fnac no es que quieran promocionar la lectura lo que quieren es vender.

Resistir pero de forma constructiva

Los bibliotecarios y bibliotecarias tenemos que dar a conocer las voces críticas de esta sociedad digital. Los grandes de Internet nos habían prometido que la sociedad digital iba a ser la Arcadia feliz, y en realidad nos amenaza con más paro, más control, más desigualdad. Pero se puede resistir siempre y cuando tengamos conocimiento. Para ello es necesario que nos convirtamos en “designers” en los que reorientan las tecnologías con fines distintos a los que fueron programados.

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