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Nov / 2018

La justicia es para los de ruana

Literaktum acogió ayer a Laura Restrepo en el Museo San Telmo, y hemos de confesar que fue una auténtica sorpresa y un lujo poder charlar y escuchar a esta escritora y periodista colombiana afincada en Barcelona.

Tras la apariencia de mujer sencilla y cercana, que disfrutó de su visita por el museo y de la exposición sobre el León de Arrikrutz (“enorme minino”, dijo Laura), descubrimos a una mujer fuerte, decidida, y con una gran capacidad de inventiva que, tal y como nos contó, le ha llevado siempre a fantasear demasiado en sus trabajos periodísticos: por eso optó por dedicarse a la literatura, porque puede contar mentiras para decir verdades y porque es una manera de evitar lo políticamente correcto a través de las palabras.

Pero Laura se presentó de una manera clara y tajante: “ante todo soy mujer y madre”. Y a continuación nos sumergió de lleno en su última novela “Los divinos” donde narra de un modo duro, atroz, el episodio del secuestro violación, y asesinato de una niña indígena de un barrio pobre de Bogotá por un “niño de mami” de la alta sociedad colombiana. Además, ofrece su punto de vista con toques de humor bogotano, fino y cínico, del grupo social al que pertenece el asesino, grupo que apoya, esconde y da soporte a actitudes machistas y que, en cierta medida, justifica el feminicidio. Quien haya leído la novela, habrá podido sentir ese remolino de emociones, la rabia, la angustia, la frustración y, casi la rendición ante la desnuda violencia.

En su novela hay realidad y ficción, una constante en su obra puesto que pretende ser una novela intimista y no le interesa el seguimiento estricto de los hechos para entender al grupo de jóvenes que, creyéndose por encima del bien y del mal, son cómplices del salvaje relato. La autora habla de la maldad, y pretende entender el por qué del “monstruo que muestra“ a través del asesino, rescatando las diferencias entre el bien y el mal y reflejándolas de una manera novedosa. En algunos momentos, hasta el grupo de amigos puede resultar entrañable, pero son asesinos y cómplices de un silencio que sigue escondiendo a las víctimas y dando cobijo a los culpables.

Y luego está la pequeña, que refleja el amplio grupo de mujeres y de niños y niñas colombianas que día a día desaparecen y mueren en manos de desaprensivos que se sienten los amos del universo frente al pueblo desplazado por la violencia y la pobreza. Diferencia abismal que en la novela se resume diciendo que la niña-niña no era nadie, pero que se contrapone a la identidad de esa población casi invisible que reclama que sus hijos son sagrados. Ahí empezó todo, ahí se evidenció ante el mundo de que esa comunidad existe y se pudo hacer justicia. Una justicia que hasta hace poco sólo era “para los de ruana”… para la población más vulnerable que veía cómo los más afortunados quedaban impunes ante sus crímenes. Esta historia real, al igual que en la novela, acabó con el culpable en la cárcel. Pero lo que destaca Laura en este punto es el papel fundamental de la mujer colombiana, mujer cada día más libre porque sobrevive y derrota toda clase de monstruos; mujer que denunció en la novela al culpable; mujer que es fundamental en la transformación de la sociedad y que ha de ser crítica también consigo misma para evitar ser responsable en parte de esa violencia aceptando determinadas actitudes como las que se ven en la novela. Laura quiso terminar su participación en Literaktum diciéndonos que es un camino que hay que ir haciendo, juntos hombres y mujeres, y aunque se ha avanzado es necesario hacer hincapié en la educación de la sociedad. Es un camino a recorrer, pero no en soledad.

Laura Restrepo – San Telmo Museoa – Azaroak 15 de Noviembre

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