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Aza / 2018

La libertad sin hojas de instrucciones

Autorea:

Llegamos a la recta final de Literaktum de la mano de la mejor compañía: Slavenka Drakulić y Luisa Etxenike. La primera es periodista, ensayista y novelista y se hizo famosa por sus testimonios de las Guerras Yugoslavas. Es autora de libros como: No matarían ni a una mosca (2003), Frida ́s Bed (2007) o Como si yo no estuviera (1999). Precisamente, esta última novela se acaba de traducir a euskera, Han ez banengo bezala, y fue presentada dentro de la programación de Literaktum por la autora. Luisa Etxenike es escritora y ha publicado obras como El ángulo ciego (Premio Euskadi 2009), la obra teatral La herencia (Premio Buero Vallejo 2016) o el poemario El arte de la pesca (2015). La conversación estuvo guiada por Berta Ares y aunó todo lo que se ha venido diciendo durante estas dos semanas de festival, desde una perspectiva más amplia, más europea.

Europa. Este es un término abarca todo tipo de connotaciones. Para lo que algunos es la salvación, para otros es la carga o sinónimo de atraso. Las ponentes, ambas europeas, ven la idea del conjunto europeo desde dos perspectivas distantes: Drakulić es croata, por lo que su idea se enfoca desde la Europa del este, mientras Etxenike es una autora local, nacida en San Sebastián, y su perspectiva está marcada por la Europa más occidental. Esta no tiene una idea marcadamente territorial, sino que prefiere entender Europa como un mestizaje de elementos históricos y culturales. Sin embargo, a Drakulić le cuesta mantenerse positiva ante la construcción Europea: tras las guerras que vivieron en su país de origen, querían pertenecer a un conjunto europeo del este. Tenían una imagen de un conjunto glamuroso donde podían reunirse todo tipo de culturas. No obstante, el proyecto está gravemente amenazado por el nacionalismo y la derecha.

En este contexto europeo, es evidente, que la sociedad no está tomando un papel activo, sino que se está dejando dirigir. Entonces, ¿cuál sería el problema, la manipulación o la indiferencia? Ambas dos. Los populismos que están arrasando a nivel, manipulan apelando a la emotividad. A esto le tenemos que añadir, que las personas tenemos la tendencia de vivir sin alteraciones, por lo que, preferimos ser indiferentes -relataba Drakulić-. Etxenike, por otro lado, piensa que ambas son caras de la misma moneda: manipulación e indiferencia, son prácticamente lo mismo, pero necesitan de la pasividad del otro lado. Esta pasividad se ha construido gracias a dos patrones muy integrados en la sociedad contemporánea: por un lado, el pensamiento de fatalidad, es decir, la gente se ha creído que las cosas son así y que son inevitables, aunque estén mal. Así, no se molestan en cambiarlas. Y por otro lado, nos hemos acostumbrado a identificar la cultura con el entretenimiento, cuando en realidad, mientras el entretenimiento solo entretiene y desvía la atención, la cultura nutre el pensamiento crítico.

El panorama es desolador: nos hemos convertido en ciudadanos alienados sin
interrogantes. No nos han enseñado a pensar. Todo lo contrario, nos ofrecen todo tipo de entretenimientos sin contenido para que no lo hagamos. Etxenike, se muestra más positiva, y cree que a través de una buena educación se podrían enseñar mecanismos para desarrollar un pensamiento crítico. Drakulić no parece estar tan convencida de que el cambio pueda darse. El problema está en que nos han ofrecido cierta libertad – no vivimos bajo totalitarismos- pero no sabemos usarla. Y lo que debería de ser las hojas de instrucciones, la educación, está lejos de enseñarnos a pensar.

Jone Martínez Berzal.

Berta Ares, Slavenka Drakulić & Luisa Etxenike / Koldo Mitxelena Kulturunea – Azaroak 23 de Noviembre