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Mar / 2012

Laburmetrai Zinemaldiak

Autorea: Liburu dantza

A lo largo de muchos años he asistido, puesto en marcha, colaborado, vivido, seleccionado y sido jurado en multitud de festivales de cortometraje. Y con gusto seguiré haciéndolo. Recuerdo como a veces debatíamos en voz alta sobre la excesiva proliferación de este tipo de eventos, a veces coincidiendo más de uno en la misma localidad española…Pero, visto lo que está cayendo hoy en día con ajustes y cansancio de iniciativas culturales, nadie sobra…
Hace unos días pasé encantado por la Semana de Cine de Medina del Campo, para participar como jurado en la sección “La otra mirada”. Y este certamen ha cumplido nada más y nada menos que 25 añitos. Tengo la impresión de que Medina y Alcalá de Henares son, en el corto de ficción, los dos festivales españoles que más han hecho por el formato, especialmente el producido en el Estado. Su centralidad ha facilitado el paso por allí de todos los que ahora trabajan en el largo, de algunos que no consiguieron su sueño, y de otros que siguen amando las historias cortas. Todos ellos han hecho mucho por el cine, en todo caso.
En esta edición Medina ha tenido que echar la habitual mirada atrás y ha dedicado una pequeña retrospectiva a algunas de las películas más significativas pasadas por su programación. De internet he repescado una de ellas para ilustrar estas letras.
[youtube]http://www.youtube.com/watch?v=d_E1_jbq79k&feature=related[/youtube]

Internet puede haber abierto otras plataformas para la distribución y la accesibilidad al corto, un formato que por su duración es especialmente adecuado para la red (donde parece que el visionado de larga duración es menos habitual), pero el carácter de punto de encuentro de estos festivales sigue siendo necesario para los creadores y para sus espectadores. Es por eso también que muy a menudo funcionan mucho mejor en poblaciones pequeñas, con comodidad para moverse, amabilidad en las distancias y en las gentes, rincones singulares, y ausencia de estrés…Todo ello facilita el roce, el nacimiento de amistades, y muy a menudo de proyectos interesantes. ¡Lo que han aportado y aportan los organizadores de festivales así!
Eso no quiere decir que vuelvan la espalda a las formas actuales de devorar vídeo. No sé si habrá tenido mucho éxito, pero, por ejemplo, este año en Medina la sección íntegra “La otra mirada” se ofrecía solamente en la red, no en las salas, a los espectadores, que podían acceder a los cortos mediante un código en la plataforma Movibeta. Un buen complemento paralelo en un certamen cuyos seleccionados y ganadores pronto seguiremos viendo en otras citas del corto español, seguro.
Este tipo de eventos ponen culturalmente en el mapa muy a menudo también a localidades que se convierten en referencia, las hacen conocidas por motivos concretos, crean una onda expansiva de riqueza que nadie se puede permitir desperdiciar, porque va más allá de los “locos” del cine… Así que, ajustes y adaptaciones sí, y prácticamente todos los gestores culturales somos más conscientes que nadie de que hay que hacerlos, pero no eliminemos de nuestro cuasi-desierto estos enormes granitos de arena. Gracias de nuevo a todos los que lo siguen entendiendo así.

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