No os voy a contar el final, pero si os diré que la novela va ganando enteros a través de las vueltas de tuerca que Connolly aplica al argumento: todos tienen algo que ocultar y, en realidad, la búsqueda de la chiquilla es, por momentos, secundario.
De todas formas Parker, el caballero andante, volverá a hacer de las suyas, pero siempre «enfrentado» a los poderes oficiales.Dicho de otro modo, es él el que levanta la manta y descubre el pastel, adelantándose a la policía y recibiendo de ésta una «reprimenda» por meterse donde no le llaman.
Ha vuelto Charlie Parker en estado puro.. a nosotros no nos queda más que ¡¡disfrutar¡¡