El Crash.Tercera Fase, Santiago Niño-Becerra y Natalia Vila
Roca editorial, 2019
203 páginas 15,10 €, ebook 7,59 €
ISBN 9788417541460
Los tiempos cambian que es una barbaridad. ¿Os suena? Fijo que si, y muchas veces nos sentimos superados por esos cambios. Conceptos como PIB, temporalidad, fluctuación, coyuntura y deuda entre otros son utilizados a diario y pintan un panorama no precisamente favorable para los ciudadanos.
Santiago Niño-Becerra se dedica a esto de la economía y, últimamente y con fervor, a la enseñanza y la intervención en los medios como comentarista. Por su parte, Natalia Vila, periodista, se puso en la piel del ciudadano y preparó las preguntas precisas, las que cada uno de nosotros plantearía al economista.
Y es esta faceta didáctica la que nos interesa de este libro y la que más debemos remarcar: explica de una manera coloquial y plagada de ejemplos qué está pasando con la economía, con la que nos importa, con la de nuestros bolsillos.
Su planteamiento es claro: nos encontramos ante una crisis sistémica (del propio sistema) no comparable a ninguna otra conocida. El modelo implantado tras la Segunda Guerra Mundial se está agotando, el “contrato social” establecido para reconstruir Europa ya no sirve.
De hecho las diferentes crisis que hemos vivido (las de los 50, 79-91 y 91-2007) no han sido más que pequeños incendios apagados a base de créditos que han inflado el globo, modelos neoliberales como el thatcherismo, o mensajes tan vacíos como “España va bien” (1997), “España va más que bien” (2006), “España país de éxito” (2007) y “No estamos en crisis, sólo tenemos alguna dificultad que nos viene de fuera” (2008) (pag. 41).
El sistema se está agotando. Es un hecho. Se va a cambiar el modelo, la manera de hacer las cosas: se ha estado cebando el mecanismo pero estamos ante una crisis de sobreproducción, de consumo, unas cifras de deuda externa impagables y una crisis de confianza palpable.
La influencia de los políticos será cada vez más marginal. Las reglas del juego están cambiando (Españistan). Es el tiempo de las grandes corporaciones y de una división social cada vez más polarizada (las personas que son importantes/las que no lo son) y en la que la automatización, la tecnología, será la pieza clave, la llave maestra.
Para este economista, en un mundo hiperconectado, pero poco homogéneo, aparecerán otras opciones de trabajo y otras ocupaciones. El nuevo contrato social se basará en una renta básica+elementos tranquilizadores+gratuidad del ocio. La producción (el PIB) se desvinculará del factor trabajo, entrando en juego la tecnología.
Las viejas leyes han muerto: el sistema generará la demanda y bajo demanda (on demand) se marcará la producción. Pagaremos para usar, los contratos serán eventuales, nos pagarán por esa producción puntual.
Ante esta ola imparable.. “¿Que pueden hacer las generaciones futuras? Tan solo una cosa: espabilarse” pag.177.
«Españistan», el video