Flores de la República: los olvidados de Pikoketa, Miguel Usabiaga
Los libros de la Catarata, 2015
143 páginas, 13,77 €
ISBN 9788490970140
El 11 de agosto de 1936, un grupo de jóvenes milicianos fue fusilado y enterrado en Pikoketa -aquí mismo, en Gipuzkoa-. Es una página más de la guerra civil española, de la ferocidad con que se vivieron esos días.
Se enfrentaron el ansia por la liquidación del enemigo -no les dolieron prendas a los militares nacionales al fusilar a dos muchachas menores de edad- frente a la pasión de los milicianos en la defensa de un tiempo nuevo, que intentaba hacer más iguales y más libres a los habitantes de este país.
El libro que nos ocupa contiene además otros elementos de valor: el autor, Miguel Usabiaga, -implicado sentimentalmente en la suerte de estos jóvenes- realiza una amplia investigación tanto en las fuentes cercanas e incluso contemporáneas -recuerdos de los vecinos, “historias” que se narran en los caserios colindantes…- como en otras más variadas -archivos, hemerotecas, partes de guerra…
En este bucear en la historia, se marca también el objetivo de poner nombre y apellido a los combatientes. Incluso consigue dotar de rostro a los brigadistas internacionales que allí lucharon.
Con todo ello Usabiaga construye un relato fresco y urgente de lo sucedido, de los terribles tiempos que tan arrebatadamente se vivieron, de las pequeñas historias de todos aquellos -persecución, campos de concentración, fugas, penurias, clandestinidad…- que se vieron envueltos en el drama que supone un conflicto civil.
Las guerras son crueles, pero en este caso la crueldad es mayor ya que va acompañada de un halo de miedo y misterio sobre éstas y otras muertes y posteriores enterramientos. En este caso, hasta 1978 no fue posible desenterrar y dar su lugar a estos jóvenes.
Leyendo las biografias que recoge el autor en su trabajo, nos sentimos más cercanos a aquellos que tuvieron tan triste fin.
Nos acerca a esa realidad que parece que el paso del tiempo se empeña en borrar. Y aún mas porque está apoyado en una amplia bibliografía y un excelente trabajo de campo.
“Algo nos parece pequeño, aislado, y sin embargo empuja las piezas como un domino” (Marcelo Usabiaga).
En esa breve sinopsis está estupendamente reflejado el contenido del libro, ¡enhorabuena! Sólo hay un pequeño error: no fue en 1976 cuando se desenterraron los restos, sino en 1978.
Un abrazo.
Miguel Usabiaga
Muchas gracias Miguel por advertirnos del error y gracias también por el comentario.