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Las Cartas de la Pirenaica: memoria del antifranquismo

caratula del libroArmand Balsebre, Rosario Fontova
Las cartas de la Pirenaica: memorias del antifranquismo
Cátedra, 2014
590 páginas, 25 €
ISBN 9788437632568

 

La Pirenaica no era otra que Radio España Independiente, la voz del Partido Comunista de España, la voz del exilio exterior e interior desde 1941 a 1977, desde el advenimiento de los famosos 25 años de paz hasta la constitución del primer parlamento democrático. Aquella que escuchaban los perdedores, los que llegado el 39 no sabían hasta qué punto la dictadura de Franco iba a cambiar sus vidas.

A la Pirenaica llegaban miles de cartas expresando “de aquella manera”, de forma clandestina y rocambolesca, con faltas de ortografía, con rabia y sobre todo con mucho, mucho dolor, la crueldad de los vencedores sobre los vencidos tanto en el interior –las hambrunas, depuraciones, campos de concentración… – como en el exterior –miles de trabajadores fueron obligados a marcharse con lo puesto y explotados al máximo-.

El libro que nos ocupa es un estudio exhaustivo y minucioso de las cartas – cerca de 15.000- que han sido descubiertas de forma casual en los archivos del PCE, por parte de los periodistas especializados Balsebre y Fontova, que han realizado un trabajo excepcional de cribado, selección y contextualización de las mismas.

Gracias a las aportaciones de los oyentes asistimos a la significación que adquiere la Pirenaica como voz de la resistencia y la verdad en una España oscura, una radio que les mantiene en contacto con sus seres queridos y con la realidad de otras zonas del país.
Es la resistencia en estado puro, donde se habla de las huelgas de Asturias, del asesinato de Grimau, de las condiciones de los trabajadores españoles en Alemania, … donde los “corresponsales” no son otros que los propios oyentes que, mediante subterfugios, hacen llegar sus misivas a Paris y a Bucarest.

La Pirenaica dio aliento a muchos, comunistas y no comunistas, esperanzas a otros tantos, y puso en jaque al franquismo en numerosas ocasiones.
Tambien sirvió de altavoz al PCE y cometió errores de bulto a la hora de valorar algunas de las huelgas que se produjeron en el país.

Sea como fuere, y aunque su lectura no sea fácil –590 páginas-, es tal la fuerza de las cartas y lo bien que está documentado el contexto, que merece nuestra atención.
El sufrimiento, el dolor, la impotencia.. en primera persona son mucho más cercanas y deberían hacernos reflexionar en estos tiempos de iras y furias que nos envuelven.

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