Literatura, memoria e historia a través de El escarmiento, Miguel Sánchez-Ostiz.
Con motivo de los 75 años del fin de la Guerra Civil el escritor Miguel Sánchez-Ostiz presentó una ponencia sobre su libro El escarmiento en los Cursos de Verano de la UPV en Donostia (17 y 18 julio de 2014)
Ha sido toda una experiencia poder escuchar a Miguel Sánchez Ostiz hablar, no tanto de su obra El escarmiento, sino del por qué de ésta, de esa necesidad de tratar de temas tanto tiempo silenciados en la sociedad pamplonesa.
Sánchez-Ostiz confiesa que el fenómeno de las fosas, de su apertura, ha sido clave: ver a los familiares alrededor de los restos, susurrando, algunos de ellos con fotos… le ha revuelto en lo más íntimo. Su contacto con las gentes de la Sociedad de Ciencias Aranzadi, y en concreto con uno de los principales protagonistas de las exhumaciones de las fosas de la memoria Paco Etxeberria, fué, según nos relata, clave en esa toma de conciencia.
No es historiador, pero se conjura para acercarse al tema desde su memoria personal (lo oído, lo deducido de las patrañas de unos y los silencios de otros..), lo leído de ambos bandos, el buceo en las hemerotecas, la convivencia con los nietos de los vencedores….
En un primer momento se lo planteó como la aparición de unos diarios de Mola y la creación a partir de ello de una novela, pero pronto se dio cuenta que el dolor, el miedo y el desgarro del material recopilado descartaba el realizar un libro de ficción.
A su modo de ver debía mirar lo sucedido desde hoy y forzarse a tomar postura personal ante las “fechorías de una banda de locos que deja testimonio escrito de las mismas”(sic).
Ya el título proviene de una frase del propio Mola “A éstos hay que darles un escarmiento” que no es otra cosa que la humillación más completa y brutal. De hecho la represión es inmediata, la gente pierde la vida por tonterías, es un baile de sangre y de locos.
Sánchez-Ostiz cree que frases como “son cosas del pasado” o eso “no tiene interés”, son en las que se apoya muchas veces la justicia para no ocuparse de esos casos.
Si está de acuerdo en pasar página, pero antes hay que escribir esa pagina con todos los datos y leerla.
Son los años 50 y 60, la gran mentira, padeciendo la historia oficial de un Salas Larrazabal o un Del Burgo…los hijos de los asesinados han sido ninguneados.
Hay que escribir sobre ello y se está haciendo tarde y se está haciendo mal, nos dice Sánchez-Ostiz : ha pasado mucho tiempo y se articula un discurso de derecho al olvido que quiere imponerse a los demás.
Hay que escribir volviendo a lo menudo, a lo directo, a la fosa, al dolor particular..
Y no olvidar casos como el de Maravillas Lamberto, a la que por cierto su consistorio ha negado el derecho a tener una calle con su nombre en 2008, lográndolo en 2012 a través de los esfuerzos de los usuarios de la red.
Parece que muy poco ha cambiado en este país nuestro…