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Lo que no está escrito, Rafael Reig

Carlos –novelista frustrado, alcohólico, decepcionado de la vida..- y su ex mujer Carmen –niña bien, envuelta en un amor imposible con un hombre mayor, con querencia por la bebida y que deja a su novia adolescente, Yolanda, para casarse con Carmen-  son la pareja protagonista. Su matrimonio ha sido un total fracaso y para colmo el nacimiento de su hijo Jorge no ha hecho más que empeorar la situación.

Padre e hijo se van de fin de semana a la sierra: Carlos dolido por haber sido privado de su hijo quiere ver sufrir a Carmen. Jorge, deseando contentar a su padre, pero siendo consciente que le teme, que ese miedo es casi físico, palpable, real.
Antes de irse, Carlos deja en casa de su ex un manuscrito cuya lectura causará en Carmen desazón, horror y un vívido temor por su hijo Jorge.
El manuscrito de Carlos será la segunda línea de la narración: es una acción paralela, iniciada con un secuestro, y que acabará mezclándose con la “realidad”.

Durante toda la novela cabalgamos sobre dos supuestos:
El autor tiene el poder de decidir por donde va a tirar la acción.
El lector proyecta mientras lee y llega a imaginar detalles nuevos  o amoldarlos a su historia personal, haciendo suya la lectura.
Es esta proyección que hace Carmen de su vida y sus deseos, la que conforma el tercer plano de la narración.

Al final nada es como pensábamos o como nos temíamos, ¿o sí?
Nos queda la duda de qué fue real, si el contenido del manuscrito lo fue o no, qué parte era novela y cuáles las imaginaciones de Carmen…

Quizá suene todo algo enrevesado, pero es bastante más fácil de seguir de lo que parece. Además sus 287 páginas y la brevedad de los capítulos garantizan ese ritmo rápido de la narración.
Es una novela muy recomendable por su temática y, sobre todo, por su tratamiento, haciéndonos creer junto con Carmen que una historia es cierta y adornarla o remodelarla desde nuestra propia realidad, elegir unos acontecimientos que el autor –que al fin y al cabo es el que manda- no tiene porque hacer suyos, ¿o sí?
Respecto al final de la historia…me matarías si te lo cuento,¿no?

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