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Somos lo que hablamos: el poder terapéutico de hablar y hablarnos, Luis Rojas Marcos

Somos lo que hablamos: el poder terapéutico de hablar y hablarnos, Luis Rojas Marcos

Grijalbo, 2019

270 páginas, 17,95 €, ebook 8,99 €

ISBN 9788425357619

Si pudiera escoger un psiquiatra de cabecera ese sería Luis Rojas Marcos. Un tipo lúcido como pocos y muy claro y didáctico en sus exposiciones, nos regala un ensayo-manual sobre el lenguaje y su poder en nuestras vidas.

Divulgación en estado puro, hace una hábil mezcla de los estudios sobre el tema -centros como las Universidades de Harvard y Michigan, Clinica Mayo y la Organizacion Mundial de la Salud-, sus propias experiencias en el desarrollo de su actividad profesional y personal, y la vida cotidiana de los habitantes de este planeta con sus diferentes lenguas, culturas y costumbres.

En un primer momento nos acerca a la génesis del lenguaje, su evolución, los factores genéticos y el ambiente, sus transtornos y sus consecuencias. Es decir, nos prepara el camino para ahondar en lo fundamental: constatar la importancia de lo que decimos y cómo lo decimos y la influencia que ello tiene en nosotros mismos y en los demás.

Ahonda en este lenguaje “exterior” y, lo que es aún más importante, destaca el poder del lenguaje “interior” o esos soliloquios que pueden ayudarnos a gestionar mejor nuestra vida o, por contra, machacarnos constantemente a nosotros y a nuestra autoestima.

Como todo “manual” que se precie nos dota tambien de herramientas o “tips” de obligado cumplimiento.Vamos, la parte práctica del asunto.

Si tenemos en cuenta que durante los primeros 5 años de vida el cerebro tiene como principal alimento el lenguaje -nutrientes son leer en voz alta, conversar con el niño o la variedad de interlocutores-, valoraremos realmente la importancia de estos “ejercicios”.

Por citarlos brevemente: hablar con las mascotas potencia el uso del lenguaje introspectivo y nos aleja de la soledad.

Practicar la escucha interior, que alimenta nuestra autoestima: “Háblate a ti mismo como te gusta que te hablen”.

Pasar de los dogmas y los “deberías” que minan la fuerza interna. Verbalizar, que ayuda a avanzar y a empatizar.Y por supuesto celebrar los éxitos y no analizarlos.

Reconocer los fallos. Perdonar en voz alta y en voz baja -no vivas estancado en el ayer-.

Prepararte para las conversaciones difíciles: qué quieres lograr y cómo hacerlo. No dejar para mañana las expresiones de cariño, aliento y agradecimiento.

“Las palabras tienen un poder mágico, nos pueden traer la mayor felicidad y la desesperación mas profunda” Sigmund Freud (pag.231).

Y siempre, siempre, utilizar el sentido del humor en el lenguaje exterior y, cómo no, en las conversaciones que mantenemos con nosotros mismos. Amén.

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