Igeldoko historia eta istorioak, Jabier Iraola Gabilondo
Donostia Kultura, 2023
552 pág.
El libro escrito por Jabier Iraola Gabilondo, con la ayuda de un grupo de colaboradores, recopila un millar de fotografías y un sinfín de vivencias e historias antiguas sobre Igeldo y los igeldoarras. La publicación consta de 560 páginas y está dividida en dos partes: en la primera, se recoge información sobre 119 casas y caseríos y sobre las familias que habitaron en los mismos; en la segunda se desarrollan otros temas relacionados con Igeldo: las rocas, la escuela, la guerra, las canteras, las fuentes, las fiestas, los deportes, el patrimonio etc. Igeldoko Herri Kontseilua ha publicado el libro en euskera con la ayuda de Donostia Kultura.
Jabier Iraola comenzó a recopilar fotos antiguas de caseríos hace unos 5 años. El autor observó que con el paso del tiempo los caseríos de Igeldo estaban desapareciendo y comenzó a recoger fotos antiguas de casa en casa. Además de recopilar imágenes de los edificios, también obtuvo fotografías familiares y otras instantáneas que recogían las costumbres y hábitos de épocas anteriores. En total, obtuvo unas 2.200 fotografías de las que un millar aparecen en el libro.
En las visitas realizadas, las familias le informaban sobre el caserío, las familias que habían habitado en el mismo y las costumbres y modos de vida pasados, por lo que lo que en un principio iba a ser un libro de fotos pasó a tener texto. Se trata de un libro que está basado en el patrimonio oral, con el objetivo de recopilar y difundir las vivencias, sucesos e historias narradas por los habitantes de Igeldo.
La publicación da cuenta de 100 casas y caseríos de Igeldo, pero también tienen cabida 11 caseríos del entorno que, aunque no pertenecen a Igeldo, históricamente han mantenido una estrecha relación con los igeldoarras. El caserío más antiguo de Igeldo es Iranguren, próximo a la delimitación con Orio. La primera referencia a este caserío data de 1178 y aunque está derruido todavía quedan algunos restos. El libro también hace referencia a los caseríos desaparecidos. Se han conseguido fotos de ocho caseríos desaparecidos, aunque no se han podido obtener imágenes de algunos otros.
Aunque los protagonistas del libro son en su gran mayoría ciudadanos anónimos, también se hace referencia a dos edificios, Otondo y Eulalia Enea, que acogieron a personas y familias de reconocido prestigio. El modisto Cristóbal Balenciaga compró a mediados del siglo XX el caserío Otondo, situado en el casco de Igeldo, para alojarse durante sus vacaciones. Por otra parte, la Villa Eulalia Enea fue residencia de la Infanta Eulalia, hija menor de la reina Isabel II. Antes de que los Borbones compraran esta villa en 1925, otro personaje conocido, el sacerdote meteorólogo Orkolaga, la utilizó como observatorio meteorológico de 1901 a 1905.
La recuperación de la memoria histórica, una de las mayores aportaciones del libro
En el capítulo “Guerra y Servicio Militar” se describe el sufrimiento causado por la guerra civil de 1936 en Igeldo. Al comienzo del capítulo, se cuenta la llegada de las tropas requetés el 13 de septiembre de 1936 al pueblo de Igeldo y la posterior toma de Mendizorrotz. Se recogen también algunas fotos de dichas tropas en Igeldo.
A continuación se detallan testimonios vividos por los vecinos de Igeldo: el terror provocado por los cañonazos, también por los lanzados desde el buque de guerra “Cervera”, los testimonios de familias escondidas en las rocas y alrededores, etc. La represión, el acoso y la hambruna sufridas tras la guerra también quedan reflejados, y además se han dado a conocer situaciones y vivencias que muchas familias nunca habían hecho públicas. Asimismo, se citan con nombre y apellidos los dieciséis vecinos que fueron fusilados o murieron en la guerra. La mayoría murieron con motivo de la guerra civil de 1936, pero tres perecieron en la Segunda Guerra Mundial: dos en Rusia, tras alistarse en la “División Azul”, y el tercero a manos de los nazis en el campo de concentración de Mauthausen.
Lavar la ropa de la alta sociedad donostiarra oficio de muchas mujeres en Igeldo
Un aspecto para señalar es la importancia de las mujeres en la economía doméstica. Las mujeres, además de realizar trabajos en el campo y acudir a vender los productos al mercado, se dedicaban a limpiar las sábanas y la ropa de cama de las familias de la alta sociedad donostiarra en las fuentes o riachuelos de Igeldo. Una vez lavadas, las extendían al sol sobre los zarzales o encima de los muros que bordeaban los caminos. Posteriormente, apilaban las sábanas limpias en bultos de gran tamaño y peso que llevaban a San Sebastián, primero en burro y años más tarde en autobús. Esta actividad se mantuvo hasta mediados del siglo XX.
Además de las fuentes utilizadas para lavar la ropa, en el libro también se recogen imágenes de otras fuentes. En total hay fotos de 22 fuentes. La mayoría no se utilizan, algunas no tienen caudal de agua o corren peligro de perderlo. La fuente más espectacular de Igeldo es Din-din, de magnífica arquitectura con un impresionante arco gótico en el centro. Es una fuente antigua, un verdadero tesoro que se encuentra en un estado lamentable.
Canteras relevantes y conocidas
Se sabe que los edificios más emblemáticos de la Parte Vieja y Centro de San Sebastián -la catedral del Buen Pastor, el mercado de la Brecha o el Teatro Victoria Eugenia, entre otros- se construyeron con piedra de las canteras de Igeldo.
Aunque estos edificios se construyeron a finales del siglo XIX y a primeros del XX, la actividad de las canteras de Igeldo se remonta por lo menos al siglo XII. Hay constancia de que en el año 1.141, el rey navarro García de Ramírez cedió las canteras de Igeldo a la iglesia de la Catedral de Pamplona.
La ladera norte de Igeldo desde San Sebastián hasta Orio estaba repleta de canteras. El libro recoge información acerca de las últimas 20 canteras en funcionamiento. Todas cerraron a lo largo del siglo XX. La última en cerrar fue la cantera de Amezti en 1984.
Otros temas y capítulos de interés
Hay otros temas de interés en el resto de capítulos del libro: las rocas de Igeldo (con fotografías sacadas desde el mar); la influencia de la iglesia y de la escuela en la sociedad; trabajo y modo de vida en el siglo XX; Fiestas populares; Los deportes -el deporte rural en particular-; y el patrimonio de Igeldo: Conjunto megalítico, fuertes, nevera y hornos de cal, patrimonio natural, etc. Por último, se les ha dedicado también un espacio importante a tres actividades muy conocidas surgidas a lo largo del siglo XX: Akelarre-Ku, el parque de atracciones Monte Igeldo y el campo de tiro Gudamendi.