La autora narra la historia dejando hablar a los personajes, sin hacer juicios de valor sobre ellos, de modo que el lector va introduciéndose en la trama hasta quedar atrapado. Silvio, el narrador, es un anciano que ha dilapidado su fortuna recorriendo mundo y a los sesenta años, sin mujer ni hijos, sólo le queda esperar la muerte mientras se dedica a observar la comedia humana.
27 de septiembre 2011