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Mugako dragoiak, Harriet, Gil, Garluk

Dragones de frontera, Harriet, Gil, Garluk
Harriet, 2021
112 or.
ISBN 978-84-123816-4-1

Al hablar del género western, a menudo (si no siempre) nos vienen a la mente  vaqueros, indios, Clint Eastwood fumando un purito y cosas por el estilo; es decir, historias de Hollywood y de un mundo que no tiene nada que ver con el nuestro. ¿Pero qué pensaríais si os dijéramos que ese lejano oeste tiene una relación más estrecha con Euskal Herria de lo que creéis? Más de uno lo negaría. Pues bien, el cómic que nos ocupa hoy viene a anular ese prejuicio o desconocimiento; se trata de Dragones de frontera, de Gregorio Muro Harriet (Harriet, 2021).

Es conocida la afición del autor hernaniarra por la Historia; así lo atestiguan títulos como Vergüenza y olvido, Justin Hiriart, Sudor de sol, etcétera; Dragones de frontera continúa en esa línea. Para ilustrarlo con todo el detalle que merece, tenemos a los lápices al madrileño Iván Gil, especialista en cómic histórico (conocido por  Buonaparte, entre otros). Y para dar el tono y el color adecuados, Garluk, de un tiempo a esta parte colaborador habitual. El resultado final es, cuando menos, admirable.

La historia se localiza en la provincia de Santa Fe de Nuevo México, perteneciente al Virreinato de la Nueva España, a finales del siglo XVIII; es decir, en territorios aún en poder de España. Los indios Comanche atacan sistemáticamente a las tribus Apache y Yuta, pero los españoles tampoco se libran. En vista del problema, El virrey encarga eliminar al pendenciero jefe de los Comanches, Cuerno Verde, al gobernador de la provincia, un tal Juan Bautista de Anza, hernaniarra de origen.

Así las cosas, el líder vasco emprenderá la expedición de castigo acompañado de unas tropas un tanto especiales: Los Dragones de Cuera. Éstos formaban un cuerpo de caballería que tenía por objeto vigilar la frontera con los Estados Unidos, y ,al contrario que el mundialmente conocido 7º de Caballería, se batían con lanzas y escudos (aunque también con rifles); en cierto modo, al estilo de los picadores taurinos. Curioso.

Ahí quedan presentados los ingredientes más clásicos del western, pero con un protagonista vasco. No pensemos, sin embargo, que la relación de los vascos con el lejano Oeste fue puntual. Nada más lejos de la realidad: Participaron en pasajes tan significativos como desconocidos de la historia de América y dejaron huella allá por donde pasaron (dicen que el nombre de Arizona proviene de un rancho de propiedad vasca: Haritz Ona). Si estáis interesados, podéis encontrar todos estos datos y más en la interesante monografía histórica de Asun Garicano titulada Kaliforniakoak.

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