Tal y como indica el propio título de la trilogía, la trama está situada en el valle navarro del Baztán.
Dos chicas jóvenes aparecen muertas en el pueblo de Elizondo y las características de los asesinatos y el modus operandi hacen sospechar que se trata del mismo asesino. Los asesinatos, además, estarán envueltos en un halo de fantasía y creencias enraizadas en las costumbres del valle.
Amaia Salazar, una inspectora de homicidios de la Policia Foral y residente en Pamplona, será la encargada de dirigir el caso. Amaia, natural de Elizondo, volverá a su pueblo natal para investigar los asesinatos y para reencontrarse con los fantasmas de su niñez, con un pasado que ha intentado borrar y que, inevitablemente, volverá a ella para atormentarla.
Se trata de una novela de intriga que mantiene en vilo desde la primera página . Además de contarnos una historia de asesinatos, a lo largo de la obra, conoceremos la historia de la propia Amaia, su niñez, su relación con su madre, sus miedos y sus ilusiones. A través de sus vivencias, se nos describirán, de una manera magistral, los paisajes mágicos y sugerentes de Navarra, sus bosque milenarios y misteriosos que guardan los secretos y costumbres de esa Navarra, tan cercana a nosotros y, en definitiva, también las nuestras. Recordaremos figuras mitológicas como el Basajaun, Mari y aquellas leyendas que darán a la historia una dosis mayor de misterio.
Nos encontramos ante una historia muy bien construida, una novela con una gran dimensión psicológica, que está a la altura de las grandes obras de la literatura sueca, con el valor añadido de que el entorno que se describe nos resulta muy cercano y hace que, desde el primer momento, disfrutemos y conectemos con la historia.
La obra ha sido publicada simultáneamente en diez idiomas. La versión en euskera, Zaindaria ikusezina, ha sido traducida por Josu Zabaleta Kortabarria, y publicada por la editorial Erein.
La misma productora de la trilogía Milenium ha comprado los derechos para su proyección en el cine.