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Praga mortal, Philip Kerr

Una película de los años 40. Un reportaje sobre la Alemania nazi. Un detective de bandera: lo que Rick es a Casablanca Bernie Gunther es a Berlín.

Todo ésto y más nos podemos encontrar en los casos de Bernie Gunther del escritor Philip Kerr (otro de la “cuadrilla” de Edimburgo). Su narración es tan vívida que podemos oler la miseria, sentir el miedo y pasearnos por Berlín como por casa, alojarnos en el Hotel Adlon, acercarnos al Alex o pasearnos por Unter den Linden.

En esta última entrega (como aperitivo recomendaría la Trilogia Berlinesa) nos vamos a Praga, con la compañía de la plana mayor de las SS –capitaneada por Reinhard Heydrich- y de una mujer de esas que le gustan a Bernie, con pasado oscuro y de la que no se puede fiar.

En la reunión nazi en la que Bernie hará el papel de guardaespaldas de Heydrich, se comete un crimen en una habitación cerrada por dentro.
Nuestro detective deberá investigar y con ello “levantar algunas alfombras”. Esta trama sirve de excusa a Kerr para hablarnos entre otros temas de las interioridades de la Gestapo, de los códigos de honor, del cerco cada vez más asfixiante al que son sometidos progresivamente los judios, de los problemas higiénicos y sanitarios de la población berlinesa, de la megalomanía del propio Heydrich y de la Resistencia checa.

Además Philip Kerr escribe francamente bien e hila estupendamente las historias, haciendo uso a menudo de un humor negro que encaja a las mil maravillas y no le quita un ápice de veracidad a la trama.
Recomiendo encarecidamente la serie de Bernie Gunther, el sólido, cínico y mágnetico detective alemán. ¿se nota mucho que soy fan?

La venganza de la valquiria, Craig Russell

En Edimburgo proliferan los autores de novela negra ¿será la bruma?, ¿un estado mental?, ¿la sombra del castillo que corona la ciudad?

A esta cuadrilla de escritores pertenece Craig Russell quien nos presenta su última novela  La venganza de la Valquiria.

Protagonista: el detective de la policía de Hamburgo Jan Fabel. Un personaje bonachón pero perfeccionista, que vive sus casos muy intensamente, en muchas ocasiones con excesiva pasión. Sus relaciones con su “medio” no son fáciles, “sus” mujeres: su ex, su hija que quiere ser policía, su pareja actual, una díscola subordinada… ponen en solfa su actitud hacia las féminas. En el campo laboral tiene problemas jerárquicos y se jubila su amigo y mentor. Para él el centro de su vida es su trabajo -la búsqueda de la verdad, cueste lo que cueste-  y acaba olvidándose de todo y de todos. Entrevista a Craig Russell

Sus casos: asesinatos en serie, sangrientos, violentos… Cuenta con todo un “equipo CSI”. En esta novela serán asesinatos que recuerdan a otros perpetrados hace 10 años y que quedaron impunes.

Fabel está “tocado” por este tema y no cejará hasta dar con las Valquirias. Estas no son otra cosa que una élite de asesinas formadas por La Stasi (policia de la exRDA). El narrador alterna la historia de la creación de ese grupo y los entresijos de la Stasi, con la ola de asesinatos que suceden en Sant Pauli en la actualidad.

Escenario: Hamburgo es el lugar de sus pesquisas. Russell tiene pasión por esta ciudad, y se nota en la descripción detallada tanto de edificios como de ambientes.

Con todos estos mimbres Russell construye una historia sorprendente, que mantiene el suspense hasta el final, que, naturalmente, ¡no os voy a contar!

Los compañeros del crepúsculo, François Bourgeon

Los bellísimos trazos de Bourgeon no hacen distinción entre realidad y fantasía, algo que conecta de lleno con el espíritu medieval, aunque al lector le surjan constantes dudas sobre qué es real y qué no lo es. La ambientación es exquisita (paisajes, arquitecturas,… magníficamente detallados), y los personajes rezuman expresividad y vitalidad, en una época en la que sobrevivir no era cosa de risa.

Mención aparte merece la traducción de Marta E. Gallego ¡al castellano medieval!. A pesar de la dificultad que esto entraña para el lector, es la guinda de una ambientación insuperable, que al igual que otros detalles, como ese erotismo deliciosamente ingenuo del que hace gala la sin par Mariotte, o la estrecha relación entre el hombre y la naturaleza, nos transportan directamente a la Edad Media feudal.

Solo en Berlín, Hans Fallada

Bestalde, 40. hamarkadako Berlinen irudikapena ezin du izan garbiagoa. Ezta ilunagoa ere. Nobela beltza bezala sailkatua, ez dira ugari honakoa bezain beltzak, baina adi, zeren ez da ohiko polizia-nobela. Hilketak, poliziak eta salatariak egon badaude. Egon ez daudenak, ordea, Mike Hammeren tankerakoak edota hor kanpoan kontuz ibiltzeko aholkatuko diguten komisarioak dira. Ezta behar ere. Hemen topatuko duguna Reicharen izua da. Eta hezur-haragizko gizakiak barnean duten txarrena emanez. Baina bai onena ere. Bizitza bera bezala.