X

Bidali zure gomendioak

Parte hartu gure blogean

Anatomía de un instante, Javier Cercas

Ahora que está de moda Javier Cercas y su última publicación titulada El impostor, quisiera recomendar otra obra suya de hace varios años. Me picó la curiosidad con este autor pero me dio pereza empezar con Soldados de Salamina, por parecerme muy sobada. Y cayó en mis manos este título. Trata de otro tema bastante sobado, el del golpe de estado de Tejero, pero como aún sigue siendo un enigma me resultó atractivo. Y así fue cómo comencé a leerlo.

Efectivamente, nadie que tenga dos orejas, dos (o cuatro) ojos o cualquier otra cosa por duplicado habrá dejado de oír alguna vez en su vida algo relacionado con el 23F, salvo que uno sea E.T., australiano o viva en una galaxia muy, muy lejana. Resulta virtualmente imposible evitar cualquier reposición donde la gangosa voz de Victoria Prego nos explica los pormenores de la asonada. Convertido ya en mito pop, el Tejerazo da un poco el mismo repelús que verse la serie Cuéntame y además produce seborrea en el cuero cabelludo. Pero el enigma está ahí y siempre nos quedará la duda del Elefante Blanco, por mucho que nos digan que todo fue un sueño de Resines. Para intentar desentrañarlo, como no es plan de meterse entre pecho y espalda uno de esos tochos de Pilar Urbano, qué mejor ocasión que esta en que, en apenas cuatrocientas y pico páginas, el escritor cacereño nos introduce de forma brillante en un misterio político que para sí lo quisieran Carl Bernstein y Bob Woodward (los del Watergate, señora).

Sin ser propiamente un libro de historia, ni un ensayo, ni una novela, sino todo eso a la vez, Cercas, con mirada hipster, rescata del abismo de la caspa las figuras de Suárez, Carrillo y Gutiérrez Mellado para redactar unas semblanzas extraordinariamente vívidas, épicas y míticas de unos seres que se mueven en un mundo que se desmorona y que ellos mismos contribuyen a desmoronar aunque el torbellino los arrastre. Realmente en este relato poco importa si el Rey hizo esto o aquello o si la culpa fue del cha-cha-chá. Lo que de verdad sobresale es el arte del escritor que consigue dotar de un brumoso halo de thriller a su objeto de estudio y sobre todo crear un personaje trágico y shakespeariano de alguien que para los que aún no peinamos demasiadas canas no deja de ser poco más que el nombre de un aeropuerto.

Utzi erantzuna

Zure e-posta helbidea ez da argitaratuko. Beharrezko eremuak * markatuta daude