Con la misma moneda, Verity Bargate
Alba, 2018
230 páginas, 17,50 €, e-book 9,99 €
ISBN 9788490654170
Post hau gaztelaniaz dago.
Si alguna vez han pasado por tu mente los “nos han engañado”,”pensaba que la vida era otra cosa”, o “vaya timo” es que perteneces al club de Sadie (por cierto, como millones de otros seres humanos).
Sadie es nuestra protagonista: de internado en internado, su educación emocional es incompleta, dolorosa, con una madre lejana y ausente y un padrastro misógino y borrachín.
De su madre recibirá un solo mensaje -”ser mujer es algo engorroso, complicado y repugnante” pag.23- y solo a los 18 conoceremos su nombre completo: Thompson, Sadie Thompson.
Si el lector espera escenas lacrimógenas o victimismos, ésta no es su novela.
Verity Bargate sabe de lo que esta escribiendo, lo sabe en primera persona, pero lo relata con crudeza, con frialdad no exenta de tristeza.
Sadie se enfrenta a la muerte de su madre y a los múltiples descubrimientos que ello conlleva: el legado de esa mujer fría que sin embargo le procura una nueva vida independiente, su historia y la de su padre, la figura salvadora y enigmática de Chris… y el descubrimiento del amor con Tim.
Sadie vive un presente y un futuro prometedores, pero los lastra la mentira, la de todos aquellos que dicen quererla y las que ella, a su vez, se ve forzada a decir.
Los “lo hice porque te quiero” no cauterizan las heridas y el dolor causados por los engaños y las verdades a medias.
Sólo son precisas 230 paginas terriblemente cautivadoras para seguir y tal vez intentar entender su camino hacia el conocimiento de las “verdades de la vida”. Sadie no intenta siquiera comprender sus dificultades para llevar una vida “normal”. Ella sólo desea sufrir lo menos posible y, sin embargo, su realidad la conduce a tomar decisiones y a soportar las que otros toman por ella, decisiones que la conducen a urdir la mentira, la gran mentira.
La novela es un ejercicio de tanteos: rozar los límites, columpiarse en el precipicio, sentir el vértigo del miedo y la pérdida, y terminar dando un triple salto mortal y traspasarlos.
Sadie se sumerge en sus dolores y se rebela haciendo lo único que sabe, seguir hacia adelante, tomando una decisión irreparable. Con violencia. Con determinación. Pagando con la misma moneda.
Y al final tomamos aire. Y lo hacemos muy profundamente.
Nota: de la misma autora contamos con No, mama, no. De obligado cumplimiento.