A estas alturas de la película parecía que estaba todo inventado en cuanto a personajes de negra/suspense/thriller/… Los teníamos de todos los pelajes: los que bebían para investigar y para vivir, los que cocinaban espaguetis para pensar mejor, los que se paseaban con un sapo en el bolsillo, los que funcionaban en pareja -Scarpetta y Marino, Petra Delicado y Garzón, Carvalho y Biscuter, Sherlock y Watson.., -los amantes de lo paranormal, los mediterráneos -Brunetti, Jaritos- … pero Antonio Mercero da un golpe de mano, una apuesta arriesgada cuando menos.
Y es que el autor -bregado en el mundo de los guiones tanto en series de televisión como en cine- se marca una primera novela de lo que será una serie, protagonizada por Carlos Luna/Sofía Luna.
Aclaremos: el policía Carlos Luna culmina un largo proceso de cambio de sexo y deja esta identidad para presentarse como la mujer que es, la inspectora Sofía Luna.
Ello le servirá para acercarnos a un mundo alejado del “buenismo”: ¿Podrán asimilar sus compañeros de brigada este hecho?¿Cambiará la actitud de sus jefes?¿Será más difícil hacerse respetar por los detenidos?… Suponemos que no será sencillo.
El personaje tiene por tanto su carga de interés a lo que se suma que en su rentrée debe enfrentarse a un asesinato peculiar: el hijo de un renombrado escritor muere apuñalado con una extraña daga.
No sera fácil. Nada le será fácil a la inspectora Luna: ni presentarse en su ámbito familiar, ni seguir las directrices de su psiquiatra, ni asimilar los cambios que sufre su cuerpo… Ni seguir una investigación peliaguda cuando esta bajo la lupa de todos.
El muerto es ejemplar. Su padre un escritor archiconocido. Una madre en Londres y una madrastra increíble. Una novia brillante y de casa bien. Su hermano, un médico con una familia para enmarcar. No hay móvil, no hay explicación, no hay sospechosos.
Pero Jon Senovilla ha sido apuñalado con una daga medieval cuando se columpiaba en el jardín. Puñaladas mortales en un escenario idílico.
Mercero esta acostumbrado a la narración rápida, la propia de las series de televisión. Eso se nota y mucho. Para bien o para mal, consigue empastar gran cantidad de información, muchos personajes, sin resultar ninguno de ellos superfluo.
La novela se lee sola y en muchos momentos te sientes parte de ella. Domina los tiempos y dosifica bien las pistas que nos va dejando.
Al final importa bien poco quién es el autor material, porque son muchas las circunstancias y los actores que han dado lugar a este desenlace. Como dice el refranero, “entre todos la mataron y ella sola se murio”.
Es una novela que se lee con gusto.De todos modos suponemos irá perfilando mejor a la protagonista. Hay momentos que el encaje se hace extraño, pero no más que acompañar en sus tareas a un inspector que se pasea con un sapo en el bolsillo…
Como todas las primeras novelas de una serie, se trata de una declaración de intenciones. Como el buen vino, hay que darle un tiempo. Bienvenida Sofía Luna Gonzalez.