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El niño que comía lana

Cristina Sánchez-Andrade

El niño que comía lana, Cristina Sánchez-AndradeEl niño que comía lana, Cristina Sánchez-Andrade

Anagrama, 2019

211 páginas, 17 €, ebook 9,49 €.

ISBN 9788433998873

Post hau gaztelaniaz dago

 

Estos cuentos de Cristina Sánchez-Andrade hacen que apetezca asomarse a sus novelas.

Lo tienen todo: su puntito folklórico -esa Galicia de las meigas y los murmullos alrededor del hogar-, lleno de personajes a la vez mágicos y siniestros -viejos embrutecidos, ancianas asesinas, mocosos abandonados o deformes…- y una manera de narrar enigmática.

Estos quince relatos abarcan lo rural, lo marinero, la emigración, las diferencias sociales, el estigma del bastardo, las fiestas de la virgen, los sabores de antaño, la dureza de la vida en un medio hostil y pobre, los señores del pazo, las amas de cría…

Mundos en que la vida no es para nada fácil, pero donde todos y cada uno de los personajes encuentran un encaje. Encaje siempre con un tono entre amargo y sardónico, entre triste y ladino, donde todo está claro y a la vez no lo está tanto.

Sanchez-Andrade, de Santiago ella, parece cumplir con el tópico: un gallego siempre responde a una pregunta con otra pregunta, o de un gallego nunca sabrás si viene o si va.

Y eso ocurre con estos “bocaditos”, no sabes si sentir congoja, o admiración, o empatía, o asco; no sabes si entendiste bien o te perdiste algo.

Y es que está muy bien traído cada uno de los sucesos que narra, e incluso hace que varios de sus protagonistas sobrevuelen por otros cuentos.Yo me quedo con Faustina la abuela adúltera y asesina… que en su fosa reclamaba un cura.

Cada lector puede elegir su actor favorito e intentar averiguar que le mueve: si la soledad, si el abandono, si la morriña o simplemente la furia del dolor de sobrevivir.

“Hay un momento en que uno deja de tener miedo de morir y entonces, inmediatamente, empieza a tener miedo de no morir.Porque morir no es fácil.” (pag. 123).

Pues nada, lo dicho, al lío.

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