¿Qué pasa si mezclamos en una coctelera un policía novato, principios de los 70 en una España dominada por la siniestra Brigada Político-Social y un caso de “trámite” como un accidente de tráfico que todos quieren archivar?
Pues que asistimos al estreno en sus funciones del subinspector Gorgonio Llaneza, pipiolo al que endilgan el supuesto accidente y que hará todo lo posible y lo imposible por descubrir la verdad.
He de confesar que mi interés por esta novela se debe a una circunstancia baladí: vaya, que tengo un familiar con tan distinguido nombre, Gorgonio… pero no se rían tanto, que seguro que si investigan entre sus ancestros encontraran “perlas” similares…
Si a esta curiosidad inicial unimos que el finado tenia una doble identidad, que estaba de “extranjis” en la península, que había luchado con la Resistencia contra la ocupación nazi , liberado París con la Nueve y que estaba siendo controlado por la inteligencia española…el cóctel resulta de lo más atractivo.
Alejandro M. Gallo -cuya biografía parece sacada de una novela negra- nos regala un thriller al uso, con sus asesinatos, sus investigadores, unos policías que “pasan” y otros que se implican, la corrupción, el espionaje, sus buenos y sus malos, su historia de amor…. pero con un plus, la ambientación estupenda de principios de los 70 en que Franco se moría pero no se moría, y unos buscaban perpetuarse en el poder y otros en asaltarlo: la Brigada Político-Social, las actividades de los servicios secretos de otros países, el silencio sobre la guerra civil y las acciones de la disidencia antifranquista, la represión pura y dura.
Son 257 páginas repletas de acción, ligeras, pero no exentas de profundidad.
A través de la limpia mirada del novato Llaneza descubriremos que no es oro todo lo que reluce ni los personajes son lo que parecen… divertimento del bueno al que ayudan una maquetación y una edición marca de la casa, marchamo del Reino de Cordelia, que facilitan sobremanera la lectura.
A pasar un buen rato… que no es poco.