X

Bidali zure gomendioak

Parte hartu gure blogean

Reencuentro y Un alma valerosa

Fred Uhlman

La biografía de Fred Uhlman es fiel reflejo de lo que supuso la segunda guerra mundial para millones de europeos: una época incierta, difícil y marcada en muchos casos por la tragedia y la huida, por un largo éxodo a la búsqueda de la libertad perdida.

Uhlman abandona Alemania en 1933 a raíz de la llegada al poder de los nazis y, por consiguiente, de la cada vez mayor dificultad de los judíos para llevar una vida normal, como la de cualquier otro ciudadano alemán.
Como muchos de estos emigrantes “forzados”, Uhlman se labrará una nueva vida, pero la herida de lo sucedido no se cerrará en absoluto.
Prueba de ello es que hasta 1971 no verá la luz este pequeño milagro:
Reencuentro (1971) y Un alma valerosa(1985) que, sin estridencias, relata la bonita amistad de unos adolescentes, Hans y Konradin, el judío y el aristócrata de rancio abolengo.

Nos relata esa amistad, sus inicios, la vida despreocupada de una sociedad selecta pero con diferencias muy marcadas, el ambiente estudiantil… y la llegada de una nube tan contaminante como contagiosa, la ideología nazi, que dará al traste con el tranquilo devenir de la juventud de nuestros muchachos.

Ante esta nueva situación hay que “retratarse” y con ello marcar los límites y las prioridades: Hans y Konradin no quedarán al margen de esa elección.
Uhlman retrata con tranquilidad, como quien no quiere la cosa, este descenso a los infiernos, esta pérdida de la inocencia… la tragedia que supondrá para ambos la presión social y familiar ante los cambios que se suceden a gran velocidad.

Así, si en Reencuentro es la voz de Hans Schwarz la que nos conduce por las sinuosas sendas de la amistad y la adolescencia y el horror ante el rechazo y el peligro físico que trae consigo el “nuevo orden” ; en Un alma valerosa será el aristocrático Konradin von Hohenfels el que, a través de una larga misiva, se confiese y recuerde ese primer encuentro, su infancia, e intente hacerse perdonar por el nunca olvidado Hans. Será a éste a quien confíe sus últimas cuitas.

Son ambas las dos caras de una historia que retrata el ascenso del nazismo y el horror que supuso para su generación. Sin alharacas, sin victimismos, como si cada personaje tuviera clara su función en el teatro de operaciones, el autor pinta un magnífico fresco de usos y costumbres, de tradiciones, de lo que fue la vieja Europa, y del embrión de lo que estaba por venir.
Francamente, un clásico con todas las letras que no por ello deja de ser altamente recomendable.

Utzi erantzuna

Zure e-posta helbidea ez da argitaratuko. Beharrezko eremuak * markatuta daude