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Tatiana, Martin Cruz Smith

Arkady Renko debe en esta ocasión meter las narices en el caso del ¿suicidio o asesinato? de una periodista – Tatiana Petrovna – nada cómoda para el régimen. Y decimos meter las narices porque lo hará por motu propio y acompañado de su fiel Viktor, borracho consumado y su topo en los bajos fondos moscovitas.

Todas las ayudas le serán pocas para llegar al fondo del asunto: su amante Ania y su relación con el mafioso Gregorievich, su “hijo” Zhenia y su amiga Lotte como desencriptadores, Viktor tirando de todos los hilos en el submundo moscovita, … y como marco la ciudad de Kaliningrado y su importancia económica como centro mundial del ámbar.

Los personajes son fríos, parcos, heladores y los sentimientos apenas tienen cabida.
La violencia tambien es fría, parca y heladora y no hay mucha casqueria.
Todos parecen vagar en una estepa blanca como de cómic.

Martin Cruz Smith vuelve a presentarse como un gran contador de historias desde aquel Gorky Park que inauguró la serie de Renko. El personaje ha ido adquiriendo peso y podríamos decir que es uno de los detectives mas seguidos del momento.
También interesa la visión que nos va dando de la Unión Soviética y las luchas de poder que en ella se producen, muy lejos de la visión de una Rusia homogénea y mastodóntica que se nos ha estado vendiendo por parte del gran zar Putin.

Tatiana es una novela de divertimento, pero de buen divertimento, y mantiene bien cerrada la última matrioskha hasta el final.
Quedamos a la espera de una nueva entrega de nuestro paladín Arkady Renko.

El viaje de Pipo, Satoe Tone

A Dios pongo por testigo que su portada atrajo mi atención y que sólo tras hojear el contenido y decidir que este era un libro bello y especial reparé en que había recibido el Premio Internacional de Ilustración Feria de Bolonia – Fundación SM, 2013. Así que me declaro inocente del delito de recomendar un libro premiado, que como todo el mundo sabe no tiene ningún mérito (aunque ahora que lo pienso, recomendar algunos libros premiados más que mérito requiere de osadía).

A lo que íbamos. Recomiendo, pues, a todos aquellos, niños o adultos, que aún no tengan la retina requemada por decenas de horas de Gandía Shore y que aún conserven algo de sensibilidad, que hojeen esta joya y disfruten de la estupenda gama de colores de la artista japonesa Satoe Tone, de los diversos paisajes y estaciones del año representados y de las emociones que, cual pintor impresionista, evoca de manera tan delicada. Todo un goce visual acompañado por un bello texto que no puede dejar indiferente a nadie. Ni siquiera a mis excolegas del club.

Las Cartas de la Pirenaica: memoria del antifranquismo

caratula del libroArmand Balsebre, Rosario Fontova
Las cartas de la Pirenaica: memorias del antifranquismo
Cátedra, 2014
590 páginas, 25 €
ISBN 9788437632568

 

La Pirenaica no era otra que Radio España Independiente, la voz del Partido Comunista de España, la voz del exilio exterior e interior desde 1941 a 1977, desde el advenimiento de los famosos 25 años de paz hasta la constitución del primer parlamento democrático. Aquella que escuchaban los perdedores, los que llegado el 39 no sabían hasta qué punto la dictadura de Franco iba a cambiar sus vidas.

A la Pirenaica llegaban miles de cartas expresando “de aquella manera”, de forma clandestina y rocambolesca, con faltas de ortografía, con rabia y sobre todo con mucho, mucho dolor, la crueldad de los vencedores sobre los vencidos tanto en el interior –las hambrunas, depuraciones, campos de concentración… – como en el exterior –miles de trabajadores fueron obligados a marcharse con lo puesto y explotados al máximo-.

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Si levantara la cabeza, Daniel Vázquez Sallés

El punto de partida no puede ser más esperanzador: “Españoles,  Franco ha muerto”… pero su yernísimo el marques de Villaverde le extrae seis pelos que serán la matriz para su clonación, de la mano del Doctor Mengele traido ex-profeso del Brasil.
Treinta y pocos años después Paquito sale de las sombras para tomar las riendas de un país que va a la deriva, a través del CAP, su partido, el Cuarenta Años de Paz.
Y con dos… !!jamones¡¡ que, cruzados, forman el emblema del partido.

No hace falta más para imaginarse la de situaciones a las que se enfrenta el personaje y el grupete de elementos que le rodean (fascistas de medio pelo, otros encubiertos en alias, incluso algunos que se presentan tal cual como Pitita Ridruejo en cuyos brazos renace este remedo de Franco…) que elaboran una loa coral entorno al “una, grande y libre” y metiéndose a saco con todo el rojerío del país.

Lo que no es tan gracioso es que ese meterse a saco recuerda a muchos postulados de partidos actualmente en el poder y a muchas actitudes que el paso del tiempo no ha eliminado.
Esa derechona arcaica, farisea, cruel …. Estupendamente retratada en personajes como el Conde de Atapuerca,  Grande de todos los Maestrazgos, o en fascistas de nuevo cuño y reyes del marketing como Maremar y Maremir.

Se trata pues de un buen entretenimiento, sobre todo para los que no vivieron el terror de los 40 años de paz, divertida y a la vez chocante para la generación que empezó a sentir los aires de libertad en las postrimerías de la muerte del dictador.

Para los primeros, los que sufrieron los famosos 40 años, queda como consuelo que la tecnología utilizada en Paquito 2 estaba basada en la clonación de la oveja Dolly y todos sabemos como le fue a ésta…
Solo nos queda echarnos unas risas ¿o unas carcajadas? A su salud, camaradas.

Long John Silver, Xavier Dorison y Mathieu Lauffray

El guionista francés Xavier Dorison retoma la figura del famoso pirata imaginado por Stevenson para embarcarlo en una imposible aventura en busca de la ciudad perdida de Guyanacapac, donde supuestamente le espera una versión de El Dorado elevada a la enésima potencia. El guión es el producto de alguien que se ha empachado una tarde de sábado viendo del tirón En busca del arca perdida, El templo maldito, Los goonies, a lo mejor algún capítulo de Walking Dead y es, por supuesto, un fanático de La isla del tesoro. Todo este popurrí está diseñado para hacer las delicias de cualquier fan del género de aventuras, y aunque lo consigue, en ocasiones la historia se ve un pelín forzada por querer encajar demasiadas piezas en el puzle.

Pero no seamos tiquis-miquis y dejémonos llevar por la emoción, porque así vamos a poder disfrutar de lo lindo del grafismo absolutamente espectacular de Mathieu Lauffray. Y es que a uno se le ponen los pelos de punta cuando nos adentramos en ese salón tan sólo iluminado por una chimenea y en el que se nos relata, en apenas un susurro, la leyenda de la ciudad maldita de Guyanacapac. O cuando John Silver entra en escena con esa sonrisa de hiena que te hace llevarte la mano a la cartera. O cuando por fin nuestros ojos pueden contemplar la decadente majestuosidad de la ciudad perdida en la jungla. Definitivamente, este viaje no nos lo podemos perder.

El pirata y el boticario, Robert Louis Stevenson

La historia es simplemente genial, escrita en verso, nos contrapone a dos tipos de criminales, solo que uno es aceptado por la sociedad y el otro no. Uno tiene una pátina de respetabilidad y el otro no. ¿Pero cuál de los dos es peor? Eso que lo decidan los lectores. Se ve que Stevenson tuvo algún tipo de trauma con algún boticario (¡Oops, habemus spoiler!). Y que nos perdonen los boticarios, pero hay que tener en cuenta que al escritor escocés le apasionaban los piratas. Nosotros al menos se lo perdonamos.

Y si el cuento es genial, qué no diremos de la magnífica obra del ilustrador. Digamos simplemente que es como si a Georges Grosz le diera por ilustrar para niños. Expresionismo alemán a tope. Impagable la recreación a doble página de los abordajes del bucanero, tan vívida que hasta parece que las llamas quemaran de verdad.

Para enmarcar.

Treblinka, Chil Rajchman

Chil Rajchman
Treblinka
Seix Barral 2014
238 páginas, 23 cm
ISBN 9788432221118

A veces puede parecer que hay temas agotados o que de tan manidos resultan irrelevantes y superados. Pues bien, ciertamente en plenos debates sobre memorias históricas, fosas comunes y demás, un testimonio como el de Chil Rajchman se hace casi imprescindible.

Eran seres como nosotros, tanto las víctimas como los victimarios, el mal no distingue de razas, ni de sexos, ni tan si quiera de aspectos, forma parte de cada uno de nosotros y en circunstancias especiales puede  mostrar su rostro mas terrible, abyecto y cruel. Pocas veces se produce el milagro y la supervivencia que Rajchman lo es.

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Fashion Beast, Alan Moore y Facundo Percio

Cuenta la leyenda que el segundo, supuesto inventor de los Sex Pistols y adicto al I+D+i de lo que fuera, propuso al primero escribir el guión de una película que jamás se realizó. Híbrido o mutación de la vida de Christian Dior y la Bella y la Bestia, el documento se perdió en las brumas del tiempo hasta que fue rescatado del inmerecido olvido y trasladado al cómic. Y la bestia que surgió de este proceso es la historia de un misterioso modisto, de su maniquí y del mundo de la moda situados todos en un decadente futuro en el que parece que va a estallar la guerra nuclear. La marcianada es de proporciones homéricas pero la obra bien merece ser leída.

A más de uno le traerá a la memoria V de Vendetta, pues comparte elementos como el similar y tétrico ambiente, el enigmático y mesiánico protagonista y otros que dejo a ustedes el placer de buscar. Pero aún y todo mantiene su personalidad diferenciada, no olvidemos que fue escrito con anterioridad. Parece ser que la idea ya le rondaba por la cabeza al señor Moore y Fashion Beast actuó como ensayo general del apoteosis que vendría después. Así que si les apasionó el mencionado cómic de la careta sonriente, este no les defraudará.

PS: No quisiera extenderme más, pero el apartado gráfico merecería reseña aparte. De momento apunten este nombre: Facundo Percio.

Memento mori, César Pérez Gellida

Pues bien, la última novela que me ha gustado es esta que encabeza el post. Memento mori empieza fuerte, así que advierto a las almas sensibles de que se mantengan alejadas. Lo que sigue es la peripecia de un psicópata y su perseguidor, inspector de policía pucelano y rugbylari para más señas. De modo que ya desde el principio sabemos quién es el malo y quién el bueno. Pero la intriga no va por ahí. Hay otros interrogantes que se nos irán planteando por el camino. Y el final tiene su miga.

La narración se ve salpimentada por temas de música pop-rock, como si de una banda sonora se tratase. Le da un toque original, porque como mínimo a uno le dan ganas de escuchar las referencias. Pero por otro lado dices, “a ver si me va a dar por descuartizar gente si escucho esta música” al estilo de nuestro asesino protagonista. Pero todo el mundo sabe que eso sólo sucede si escuchas los discos al revés. Y tenemos también un personaje carismático en la piel de un psicólogo experto en serial killers que nos divertirá con sus salidas de pata de banco y nos ilustrará en la negra historia de su especialidad.

Si pasas por alto el hecho de que el prologuista sea Michael Robinson (sí, aquel que jugó en Osasuna) y la vaga sensación de estar viendo un capítulo de los Hombres de Paco, este thriller te enganchará de principio a fin y pasarás un rato entretenido.

Un hombre sin aliento, Philip Kerr

Gunther, policía en el Berlín de la República de Weimar, se verá abocado a seguir los avatares que marcará el tercer Reich, sin perder un ápice de su olfato y honradez a la hora de hacer frente a los más terribles crímenes.
En esta última aventura, ya en 1943, todos saben que se acerca el fin de Hitler y su régimen de terror, se ha producido la derrota de Stalingrado y toca “salvar los muebles”.
Gunter deberá investigar la aparición de restos humanos en el bosque de Katyn con el fin de dar aire al régimen –cargándole el mochuelo al ejército ruso- e intentando con ello dar un golpe propagandístico y sembrar las dudas entre los aliados  -¿no serán los comunistas mayor peligro que los nazis? ¿no deberíamos llegar con ellos a algún tipo de  acuerdo?-

Mientras tanto en el bosque de Katyn se acumulan unos 8.000 cadáveres de militares polacos ejecutados de forma profesional, se producen un par de intentos de magnicidio contra Hitler, y en el propio Smolensk –junto al bosque de Katyn- una serie de crímenes entre las tropas alemanas causan aún mayor estupor en sus filas.

A veces denso, no por ello deja de tener gran interés seguir las diferentes tramas y la actitud siempre lo más recta posible de nuestro detective, que no sabe qué pasará mañana y que añora como nunca a su Berlín.
Si Philip Kerr es considerado como el rey del thriller histórico, Bernie Gunther se nos antoja el más descreído, cínico y sensible de cuantos detectives hemos conocido. Nunca da la espalda a los acontecimientos y llegados a este punto no dejamos de preguntarnos qué pasará con él ahora que la guerra esta a punto de terminar, cual será su salida… y deseamos que se haga justicia a un hombre tan cabal y entero como él.
Esperemos que Kerr sea capaz de darle un “final” digno, porque de no ser así sus lectores –al menos yo no- no podríamos perdonárselo.
Nos veremos en Berlín, Gunther….